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domingo, 9 de enero de 2011

Dueños de la información

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Desgastante es quejarse de los medios de comunicación, mucho más es  hacerlo de los informativos, llámese  noticieros televisivos y radiales, programas de entrevista y opinión y periódicos,  es conocimiento de todos que los medios tradicionales de comunicación están concentrados en pocas personas  que a la vez gozan de ese súper poder  de la comunicaciones,  tan importante hoy  y tan capaz de volver bueno lo malo y malo lo bueno , no me quejo ni justifico  dicha concentración es lo normal en países de nuestra Latinoamérica ( me atrevo a decir en mundo), lo que sí criticaré hasta el cansancio es la manipulación y la falta de ética de la mayoría de estos.

¿Y qué es peor?  Desinformar o mal informar, ocultar o manipular,  es evidente que en este país los medios informativos  imponen y saben  guiar su línea editorial hacia el extremo que mejor convenga,  lo vivimos en las pasadas elecciones y las anteriores  a esas en mayor medida,  los espacios noticiosos no tienen libertad de informar (raro en este país de libertades)  lo vimos claro hace pocos meses en el caso “Karen Yamileth” casi todos los medios informativos dejaron de informar al respecto, en esa ocasión valió más los miles de dólares en publicidad  que a diario paga Súper Selectos,  y así estoy seguro que a diario se ocultan y manipulan noticias a favor o en contra de determinados grupos de poder económico o políticos.
No hago referencia a los periodistas pues los excuso de culpa , ellos son empleados y estoy más que seguro siempre soñaron con hacer grandes investigaciones, denunciar y realmente informar, ellos están más allá de lo que se publica, ellos subsisten aun sin periódicos (quizás sin paga ni alimento pero lo hacen).

Patética mi opinión, pero es mi opinión, me autocensuro  ¿y qué?.

Y que vamos hacer al respecto, los medios tradicionales en sus manos y los no tradicionales y con mayor participación en las nuestras, democracia es democracia.  Ahí les queda.

Pd: me quede con las ganas de hablar (mal) del presidente (mi presidente)

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