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lunes, 31 de enero de 2011

Independientemente atados.

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Mucho se puede quejar la gente de los políticos, pero si les ofrecen la oportunidad "dorada" de asumir sus puestos muchos se animarían.
Pues resulta que en un acto de extrema validez y al mismo tiempo de valentía política, la CSJ decidió avalar las candidaturas sin apoyo partidario.La Corte declaró inconstitucional el artículo 215 del Código Electoral que prohibe las candidaturas ciudadanas sin el apoyo de un partido político. Las enmiendas a la Carta Magna fueron avaladas con 68 votos y permiten reformar los artículos 126 y 202 de la Carta Magna, en los cuales se establecen los requisitos para ser elegido diputado o alcalde.

En primer lugar, el problema no estriba tanto en la posibilidad o legitimidad de las candidaturas no partidarias, sino que, los actuales diputados no van a evitar poner trabas al momento de crear los reglamentos y regulaciones, que habilitaran la posibilidad departicipar. Los requisitos obviamente debían ser imposibles de cumplir.
Ahora bien, cuando en los mecanismos de elección se decida incluir las benditas listas abiertas en las elecciones parlamentarias, muchos diputados que no ganan por imagen, o trabajo, sino por la bandera, comienzan a tener miedo.Pero para cumplir con la normativa constitucional, es quizás lo más acertado.

El problema, para comenzar, está en las personas que podrían o no desempeñarse como líderes con el bagaje político, medios financieros y grupos de apoyo suficientes como para plantearse un escaño en la asamblea legislativa. ¿Quién podría?
Para saber desempeñar una candidatura independiente hay que estar moralmente empapado de las necesidades de la gente, y eso es lo que los partidos políticos, de la tendencia que sean, no comprenden.
Si bien es cierto, que el control de estas candidaturas es necesario, dada la posibilidad de que estructuras delictivas apoyen a determinado candidato, también es cierto que con una Ley de Partidos Políticos, y la creación de un ente fiscalizador independiente del TSE, las cosas podrían pintar de otra manera.

¿Es que acaso nunca se ha tomado en cuenta que justo en este momento existan diputados que respondan a ciertos intereses particulares, que si bien no son delictivos, llevan a someter a presión al gobierno en turno?
Probablemente lo mejor sea fomentar el apoyo a la participación ciudadana en la política, pero también es cierto que eso no se logra de la noche a la mañana.
Tengo únicamente 3 recomendaciones para elecciones representativas, que funcionen y hagan de este un país, quizás un poco mejor:
1. Establecer nuevos parámetros para los candidatos a diputados. Hace años teníamos incluso diputados que no sabían leer.
2. Establecer movimientos sociales que tengan incidencia en las propuestas políticas de los diputados independientes, antes, durante y después de la elección.
3. Crear un organismo paralelo al TSE que se dedique a fiscalizar a todos los candidatos. ¿Por qué? Porque ya no confiamos en la Corte de Cuentas.
Si todo eso no funciona, simplemente no vayamos a votar.
No vote.
El día de la elección haga una elección paralela. Reunimos las firmas de todas las personas que decidieron no presentarse a votar. Le apuesto que son la mayoría. Al ser la mayoría, hay que respetar la democracia. Usted me entiende. ¿Quién fue antes, el huevo o la gallina?
Le recuerdo que es únicamente mi opinión.

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