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martes, 1 de febrero de 2011

Circunvalación legislativa

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En un acto para muchos considerado de valentía, la Corte Suprema de Justicia firmó el 29 de julio del año pasado la sentencia que permitiría la inclusión de personas naturales en las contiendas electorales para alcaldes y diputados del 2012.


Impresionante fue la reacción de los padres de la patria que, al ver afectados sus intereses, rápidamente se pusieron de acuerdo para modificar los artículos 126 y 202 de la Constitución, dejando de lado esos redundantes dimes y diretes que pregonan en la mayoría de sesiones plenarias.


De acuerdo estará la mayoría con que es un paso para la democracia abrir las puertas del primer órgano del Estado a los nuevos líderes de opinión, los héroes del ciudadano fastidiado por tanto político falso e inventariado que reside en la Asamblea, pero al mismo tiempo sigue siendo un poco ilusorio creer que con iniciativas como esta se va a empezar a limpiar la podredumbre de esta poco creíble institución.


Aparte del sin fin de trabas que pusieron para poder optar a una candidatura independiente, se necesitaría tener en el pleno a por lo menos 10 o 15 valientes que vayan a reclamar lo que el pueblo necesita para tener peso en las votaciones, suponiendo que, a pesar de no estar bajo una misma bandera política, sus ideales son afines y nada corrompidos por el dinero, la inmunidad y demás beneficios que contrae representar a cierta porción de la población.


Es preciso recordar que una sola golondrina no hace verano, y el más claro ejemplo se ve reflejado en el único representante del CD en la Asamblea, que al no estar de acuerdo con las marañas realizadas por el resto de bancadas termina por abstenerse de votar.


Ahora bien, aunque no es del todo perfecta la medida, con la aprobación del voto único y no múltiple que incluye la fotografía del postulante en la papeleta, sería excelente lograr sacar un par de especímenes añejos del órgano legislativo (como los dos que intercambiaron puesto este día); pero como bien dicen “hecha la ley hecha la trampa” y al marcar más de un candidato bajo una misma bandera política su voto por esos dos pasará a ser considerado por el partido y serán ellos quienes seleccionarán los candidatos “idóneos” para representar al municipio.


Imagen creíble, reputación intachable y transparencia es lo que urge, pero para poder encontrarlo en la clase política necesitaríamos cambiar el set de soldaditos por ideas frescas, innovadoras y de verdadera unidad por el bienestar nacional.

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