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martes, 15 de febrero de 2011

Mientras el calendario nos ampare

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Gracias al imperialismo cultural los medios de comunicación nos siguen viendo como una masa en ocasiones tan absurdas como la “festividad” celebrada el día de ayer. La industria estadounidense de tarjetas, dulces, flores, ropa interior y cinematográfica, como unificadora de todas las anteriores, han logrado meter en cabeza de la mayoría que es menester tener algún tipo de gesto con el ser amado.


Una fecha más en el calendario para apretarse más el cincho y sin importar que se dejó empeñada la quincena que recibirían de ahora en adelante muchos trataron de lucirse frente al objeto de sus afecciones. Créanme, no me amargan las manifestaciones de amor, es lindo todo eso, ¿pero para qué hacer de algo que debería de ser de todos los días un cliché más?


Quiero creer que quiere a sus amigos más cercanos, con los que a partir de las experiencias compartidas ha creado vínculos muy fuertes, con la misma intensidad todos los días y que no amanece cada 14 de febrero con una cucharadita más de cariño solo porque el calendario y el convencionalismo social se lo dicen.


En caso que no se haya dado cuenta, además de convertirse en una cifra negativa a su cuenta bancaria, la conmemoración de la fecha se vuelve un caos: food courts y restaurantes que rebalsan de gente que se manifiesta entre chucherías y bebidas lo que sienten, ergo supermercados, tiendas de regalo, estacionamientos y pasillos de centros comerciales apestados de gente de los que ni una esquiva cucaracha podría salir viva.



Estime, ame y tenga presente todos los días a esas personas. En caso que no se haya dado cuenta, la amistad y el amor verdadero es algo 24/7 y no algo esporádico que se conmemore solo en cumpleaños, febrero 14, navidad y año nuevo. Y por sobre todas las cosas, no haga ni regale nada obligado, no contribuya a las estadísticas de hipocresía mundial que acarrean las fechas; bien dice Cerati que “cuando uno no ama compra”.

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