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sábado, 12 de febrero de 2011

En unos cuantos años

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Cuando el PE U TE A nos lleve al poder, por la vía democrática por supuesto, el poder legislativo tendrá los mejores días que la gente ha visto en años. Cuando sea mi turno de gobernar tendré 3 condiciones para designar a mis amigos en los puestos de confianza:

1.- Porque los conozco y conozco sus capacidades,

2.- Porque sé que un centavo que no sea de ellos no se lo agarran; y,

3.- Porque si lo hacen sé a dónde buscarlos.


Si yo y los otros que gobernaremos con el PE U TE A vamos a usar ese mismo criterio al momento de designar nuestros puestos de confianza ¿cómo estamos seguros que no lo hacen los gobernantes ahora? ¿Cómo nos consta que éste o aquél funcionario no es lo suficientemente capaz como para tener su plaza? ¿Cómo evaluar nosotros que una persona entró por ayuda a una institución y no por su capacidad? La meritocracia es una palabra que va más allá de los nombres que vemos como ministros o en los diferentes puestos que tienen los salarios más jugosos. Comencemos por ahí, a la mayoría nos molesta que en la campaña presidencial se nos haya prometido usar este concepto para llenar las plazas que quedarían vacantes en el gobierno cuando se cortaran cabezas, igual de capaces a las nuestras ¿Qué porque eran de ARENA se tenían que cortar? Bien o mal, pero estar 20 años en el poder… trabajando para el poder te da la capacidad suficiente como para conservar tu puesto en… Gobernación, digamos. Eso también es meritocracia ¿o no? Conservar tu puesto por tus capacidades y experiencias y no por tu afiliación política.


Luego están los que se aprovechan de su cargo para otorgar plazas o aprovecharse de estas para beneficiarse o beneficiar a gente que pueden tener o no la capacidad de ocupar esas plazas. Ese es el único problema con la meritocracia, que algunos de los que están en los puestos de poder, porque también hay que ser honestos y decir que no son todos, se aprovechan para beneficiar, generalmente, a sus allegados con puestos en la administración pública.

Aprovecho para aclarar que en mi gobierno todos serán evaluados por una entidad algo así como la BOPE, sólo los más capaces serán aceptados, en mi gobierno no queremos corruptos (Gracias Mario por darme la película). Si se investigara de verdad quienes son los que hacen esto y se remueve de su cargo las cosas estarían un poquito mejor.


Por último, nosotros, la nueva cantidad de jóvenes y no tan jóvenes profesionales que queremos o no engrosar las líneas de la burocracia institucional… ¿seremos capaces de verdad de ocupar una plaza en el gobierno, en la institución que sea? Muchos si, no hay que negarlo, muchos tienen la capacidad para ocupar una plaza cualquiera y son las víctimas directas de la corrupción del sistema. ¿Cómo estamos seguros que merecemos una plaza institucional? ¿Cómo estamos seguros de esa capacidad? Digamos por ejemplo que un tío te invita a meritorear a un ministerio X y comenzás a llegar y al final te sale la plaza ¿corrupción? ¿”Por cuello”? ¿O por capacidad? ¿Por merito?


De cualquier forma, en el gran panorama, ni siquiera te importa que con tu esfuerzo se mejore la administración pública, a vos lo que te interesa es la plaza y las prestaciones que conlleva porque vos, vos querés ser como ellos: escogés la vida, un trabajo, una carrera, una familia, una maldita gran televisión y una lavadora, carros, reproductor de discos compactos y abrelatas eléctricos. Buena salud, colesterol bajo, seguro dental, la renta, el seguro social, la AFP, la devolución, los impuestos, la hipoteca y los intereses, ropa deportiva de marca y bolsos que combinen, los pagos a plazos de tu traje elegante comprado en un almacén de lujo, niños, caminatas en el parque, de ocho a cuatro, bueno en el fútbol, lavar el carro, escoger suéteres, navidades en familia, pasándola, viendo al frente hasta el día que mueras, escojé tu futuro, escojé la vida… pero yo escojo otra cosa ¿por qué querría yo escoger algo así?

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