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domingo, 16 de enero de 2011

Dolarización, terremoto y terremoto

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Era la madrugada del 30 de noviembre de 2000 cuando se consumó por los padres de la patria, desde hacia varios meses se venía planeando, ni el derrocamiento del presidente peruano por una medida idéntica los había detenido, el Banco Mundial y FMI pondrían objeciones, en los pasillos de la Asamblea se rumoraba, en Casa Presidencial estaba todo listo el proyecto de ley, los comprados, los vendidos y los aliados (empresarios y banqueros si fueron consultados y se frotaban las manos), y claro el pueblo salvadoreño ni se lo esperaba, mas se sentía aliviado: el fin del mundo anunciado para el año 2000 solo fue una falsa alarma.

Varias semanas después (cuatro para ser exactos) la Ley de Integración Monetaria entró en vigencia junto con los campanazos que anunciaron el año nuevo, fue todo un acontecimiento; el milenio se iniciaba y la moneda cambiaba. Muchos lo celebraron, no era para menos los sueldos se pagarían en dólares – sí en dólares – era todo un sueño americano, claro sin ser tres veces mojado, sin cruzarse ríos ni desiertos y sin pagar “coyotes”. El sueño americano había venido a nosotros sin esperarlo ni buscarlo, qué afortunados seríamos; la noticia no tardó en llegar a los países vecinos, para muchos hermanos hondureños, nicaragüenses y guatemaltecos la tierra prometida por un par de semanas fue El Salvador, muchos vinieron a buscar trabajo y a ganar su salario en dólares, no había que dejarlo escapar.

Diez años después los salarios sí se pagan en dólares – efectivamente - y también el salario mínimo se decreta en dólares, pero nadie nos cuenta que se establece aún en colones y se convierte a dólares, la canasta básica se cobra en dólares y paga en dólares, vivimos en dólares y ganamos en colones. Dios me enredo igual que lo hacía hace diez años convirtiendo mis dólares en colones y viceversa… Me enredo como se enredan los diputados al explicar los muchos beneficios de la dolarización y los pocos efectos negativos que provocó; me enredo enredándome.

¿Cuántos colones habrá aumentado el salario mínimo? No sé, pero seguramente muy pocos y no lo suficiente para equipararse al proceso inflacionario de la canasta básica durante estos años. El redondeo infló de golpe el precio de muchos productos durante los primeros meses, bajaron los intereses bancarios, se congeló la devaluación de nuestra moneda (¿cuál moneda?), creció la inversión extrajera, se perdió la posibilidad de maniobra con una política monetaria propia, creció el poder adquisitivo de la toda la población, los centroamericanos vinieron y se fueron, y los terremotos de 2001 serán siempre una buena excusa para las fallidas medidas monetarias de la década pasada.

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