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lunes, 17 de enero de 2011

19 "pacíficos" años.

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19 años después, ya no me duermo en el pasillo de la casa para protegerme.
19 años después ya no tengo apagones nocturnos constantes.
19 años después, mi madre ya no tiene que salir de madrugada para conseguirnos comida a mi y a mis hermanos, siempre con miedo de salir con una bala atravesada en un fuego cruzado.
La paz llegó.
Pero a veces me pregunto si no habré soñado todo eso.
19 años después, no basta con cantar el himno nacional y poner ofrendas florales cada 16 de enero, enarbolando cientos de banderitas azul y blanco, para pensar siquiera que la paz real está aquí.
Probablemente usted sea una de las personas que suelen ver el vaso medio lleno, todo en positivo y, créame, quisiera ser así, y pensar que vamos por buen camino. Lo he intentado mucho. Pero camino por cualquier calle de El Salvador, cualquiera de las que no salen en los anuncios de turismo, y es suficiente para darse cuenta que quizás todo dio igual.
¿Qué se ganó? Dicen que pluralismo político y democracia como consecuencia.
Lo cierto es que hoy el espectro político está más polarizado que nunca, como para pensar que la democracia nos salvaría a todos con solo invocarla, no hace más que acentuar lo triste y crudo de la realidad.

Se acabó la acción armada contra inocentes. ¿Se acabó, no?
Los acuerdos que se firmaron en Chapultepec dejaron claro el nuevo papel de la Fuerza Armada, eliminando los Batallones de Reacción Inmediata, Policía de Hacienda y Guardia Nacional, que no eran más que cuerpos represivos, y creando la Policía Nacional Civil, con un papel de respeto a los derechos humanos.
Se ordenó la depuración, previa evaluación, de los efectivos de fuerzas armadas, así como la pronta disminución de los mismos.Se disolvió la "defensa civil" y se prohibió el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades.
Se decidió acabar con la impunidad de las acciones militares, en especial en casos que se comprometiera el respeto a los derechos humanos. Todo lo anterior, se basaría en el informe final de la Comisión de la Verdad. Claro, todo antes de la Ley de Amnistía. (Strike 1.)
Se hizo una completa transformación tanto estructural como formal, del organismo de inteligencia del estado, estableciéndole funciones más limitadas y con un control legal. (Pero sin ley de creación del OIE. Strike 2)

Se integró pluralmente el Consejo Nacional de la Judicatura, se creo la Escuela de Capacitación Judicial y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. (Cuyos informes NO son vinculantes. Strike 3. OUT.)
Se le otorgó calidad de partido político al FMLN y se le integró inmediatamente al sistema electoral.(Más de lo mismo, pero aderezado.)

Ahora, un requisito BÁSICO para la reunificación de la sociedad salvadoreña en democracia plena, era el desarrollo económico y social SOSTENIDO y EQUITATIVO. Para ello, se decidió la creación del Foro de Concertación Económica y Social, la transferencia de tierras para los agricultores que carecieran de ellas, incentivando de ese modo la producción sostenible.
Se autorizaron créditos para las microempresas y agricultores, se fomentó la asistencia técnica para los mismos. Claro, de no hacer nada de lo anterior, se peleó por nada.
Se acordó que se fortalecerían los programas de compensación social para aliviar la pobreza imperante en el país.
Ahora todo son promesas.
Quisiera creer que es cuestión de tiempo, pero luego de 19 años, la gente sigue viviendo en comunidades alejadas del desarrollo, sin alternativas de subsistencia. Los precios están más elevados que nunca, los salarios cada vez valen menos, y la brecha entre ricos y pobres aumenta día a día.

19 años después ya no duermo en el pasillo, pero prefiero no salir de casa por las maras.
19 años después ya no tengo apagones constantes, pero el recibo de la luz es a veces insultantemente alto.

¿Qué ganamos?
¿Aún hay tiempo?
¿Se debe buscar una especie de nuevo acuerdo entre las fuerzas productivas para sacar del abismo al país?
No saben como me molesta cuando me toca cerrar un artículo de estos con más preguntas que respuestas. Lo siento.
"Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa. "

"...sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más." Ismael Serrano.

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