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domingo, 12 de diciembre de 2010

Árbol de Navidad: un gasto superfluo.

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“Vivimos en un país de risa” son palabras que siempre escucho de un amigo (de esos que escriben cuentos y opiniones) cuando hablamos de la realidad nacional, casi nunca estoy de acuerdo con él, pero nunca se entendería plenamente tal afirmación si no viviéramos en mi país: El Salvador.
Es cierto que durante estos primeros dieciocho meses de nuevo gobierno, Mauricio Funes ha salido más bien que mal evaluado, la percepción pública de su gobierno se ha mantenido alta (para muchos presidentes eso basta), claro se puede justificar tal evaluación por haberse enfocado todas las fuerzas en el combate a la criminalidad (que tanto nos preocupa), sin embargo, las expectativas con la que elegimos a este mandatario fueron mucho más grandes y no se limitan “lucha contra la delincuencia”.
Ahora es cuando se pondrá en juego el real “cambio” en este gobierno, aquel “reinventar nuestro país” que nos prometió, y lograríamos con “el arma de la fe, la esperanza, la alegría y la fuerza arrebatadora de las nuevas ideas “ (es cierto, que bonito discurso nos dio Mauricio), no ha llegado, pues la cosa siguió, y siguió igual, por ejemplo la tan famosa “Meritocracia” que nos anuncio sigue inexistente, acá aun se venden y compran plazas de gobierno (caso Kattan-Durán), siguen habiendo miles de desempleados aun cuando un 1º de junio se prometieron 100 mil empleos, todos en año y medio, ¿Cómo que ya va siendo hora que le pidamos cuentas de cuantos se han creado y a quienes se han beneficiado?
Hasta el momento lo que más suspicacia me crea de este gobiernos es su “programa de austeridad que eliminaría los gastos superfluos” (nos falto pedirle nos definiera “superfluo”), por lo que leo, veo y me cuentan superfluo sí es: focalizar el subsidio al gas propano (en realidad lo es), focalizar el subsidio de energía eléctrica, y focalizar el subsidio al servicio de Agua potable y alcantarillados; Pero para el presidente y su gabinete no lo es seguir gastando en publicidad gubernamental, tampoco renovar la flotilla de camionetas todo terreno le resulta un lujo, (por las que se pagaron 1.5 millones de dólares por 36 vehículos , renovación que también hicieron los directivos de la Asamblea), comprar aviones de guerra tampoco se puede llamar superfluo para nuestro presidente, sobre todo cuando la guerra se ve mas cerca.
Mientras tanto, y en especial Yo sigo sin trabajo, también puedo hablar por un par de decenas de mis ex compañeros de universidad, si así lo desean también ustedes hablen por los suyos, la clase media ve como cada focalización de subsidio no le incluye. Mientras tanto hay que pedirle permiso a la Embajadora de Estados Unidos, Don Nico Salume y Carlos Slim, para poder crear un Impuesto al patrimonio, disminuir la cuota de telefonía fija o reconocer o no los gobiernos de facto.

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