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martes, 22 de marzo de 2011

¿Pronta y cumplida justicia?

4 comentarios
En la entrada correspondiente a esta semana iba a tocar el tema del magnicidio del máximo jerarca de la Iglesia católica salvadoreña en 1980 y, pese a que no soy de los que hacen autobombo, pienso que ya dije todo lo que tenía que decir en mi entrada de la conmemoración de los 30 años de su martirio. Prefiero hablar de otra cosa.

El artículo 182 de la Constitución de El Salvador habla en uno de sus tantos numerales que entre las atribuciones de la Corte Suprema de Justicia está vigilar por que se administre pronta y cumplida justicia.

¿Se cumple este precepto en la práctica? Tomemos como ejemplo el caso Katya Miranda. ¿Cuánto se necesitó para obtener un veredicto? Requirió dos juicios. No por el mismo delito, pues hubiera conllevado la nulidad por el principio de non bis in idem (no ser enjuiciado dos veces por la misma causa) uno fue por asesinato y otro por secuestro.

Por alguna razón que nadie sabrá nunca — apenas dos o tres conjeturas — fueron sobreseídos en aquel ya lejano año 2001 por los delitos de homicidio agravado, violación y agresión sexual agravada Carlos Antonio Miranda González, Luis Alonso López, Juan Francisco Rosales, Alejandro Cañénguez, Santos Ricardo Soriano Martínez y Nicolás Martínez Roque, los tres primeros presentes en el momento del crimen. Para que el escarnio fuera aún más crudo, se trataba del abuelo y dos mozos de la familia.

Con una cobertura mediática que no se compara con la que hubo en el primer proceso en San Luis Talpa, el segundo pintaba para ser el más largo de la historia de nuestro país, con el desfile de casi 110 testigos para una y otra parte.

Alguien me dijo una vez que la traición empieza por la duda. Los deudos de la fallecida debieron esperar hasta 15 días antes que caducara el término para que se pudiera reabrir la causa. Era una necesidad, el asesinato sacó a la mamá y a la hermana de la víctima de su cotidianidad, generándoles un estrés importante. A tal grado que tuvieron que refugiarse en Estados Unidos. No es ningún secreto que la celeridad con la que se llevan a cabo las diligencias en los tribunales de nuestro país está determinada por la presión que se ejerce sobre el órgano investigador del delito, una forma de aplicar el dicho "tanto tienes, tanto vales".

Como resultado del segundo fallo, los jueces en Zacatecoluca condenaron al abuelo Carlos Miranda a 13 años con cuatro meses de prisión; mientras el resto fueron considerados cómplices necesarios. Esta resolución se da 12 años después de ocurrido el crimen. ¿Pronta y cumplida justicia? Probemos mejor con desidia e improntas sentencias.

4 Responses so far

  1. Anónimo says:

    Mario...
    El caso de la niña Katya Miranda es uno de esos que hace parecer comedia hasta la más exitosa película de terror. Por que es real. Yo siempre he sido crítico del papel que juega la Fiscalía en la investigación de los delitos en nuestro país, pero mal haría en opinar sobre su actuar en este caso, ya que el juicio original fue hace mucho, y al de secuestro no le he dado seguimiento. Lo que si recuerdo es que en su momento se hizo señalamientos de posibles encubrimientos y de diferentes teorías al respecto, cada cual más espeluznante. Puede ser que la verdad nunca la sepamos. Sin tener a la vista las pruebas, es difícil saber si en realidad se hizo justicia para Katya y su familia que la perdió,si la teoría del secuestro fue la manera de "enmendar" los errores del proceso anterior para castigar a los ahora condenados, o una manera de encontrar culpables por que ALGUIEN tenía que pagar por un crímen tan horrendo (para tranquilidad de la sociedad, que en estos tiempos necesita que exista al menos la apariencia de buen derecho). Ojalá no se hayan equivocado. Ojalá que no estemos ante el caso de una confusión entre verdadera justicia y revanchismo o vendetta. Por que El Salvador no sólo necesita la apariencia de buen derecho. El país necesita buen derecho.
    Roger

  2. Unknown says:

    Al ser un caso tan mediático... Difícilmente sabremos como dice Roger en el comentario anterior, si realmente hubo justicia... O simplemente fue una vía fácil para la recuperación de la buena opinión pública del sistema judicial salvadoreño.

    Mucho tiempo transcurrió entre el día de los hechos, y la fecha de la condena, y los delitos iniciales, el asesinato y la violación, quedaron prácticamente impunes, ante la falta de pruebas sobre los acusados.

    Si hubo justicia para el horrendo crimen de Katya Miranda, quién sabe... Que pasará por la mente de la madre ahora que se dictó sentencia y recibirá 100000 dólares en concepto de daños... nadie lo sabrá.

  3. La verdad se desentierra con el tiempo. La naturaleza de las cosas excede nuestra pronta necesidad de justicia. Es por eso que como sociedad tenemos que estar siempre apoyados en las columnas de la verdad, así, en algún momento y en alguna generación queden al descubierto los esqueletos de los mounstros del pasado.

  4. Roger, Carlos y German: Muchas gracias por sus comentarios. No quiero pecar de pesimista pero algo dentro de mí me dice que no es algo que se pueda superar sin que se sacudan los cimientos del aparato estatal y eso es practicamente imposible.

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