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jueves, 24 de marzo de 2011

Ella no se merecía esto

1 comentarios
Ella tenía 24 años cumplidos y casi todos los días salía de su casa a las 6 de la mañana a estudiar, luego se iba al trabajo, después regresaba a la universidad y, finalmente, se volvía a su casa, a eso de las ocho y media de la noche.
La casita está ubicada a algunos metros de la carretera, abajo del nivel de la misma, separada por un terreno donde crece la maleza y la gente llega a tirar basura.
Así vivió ella por mucho tiempo, sobreviviendo asaltos, inviernos, paros de buses, protestas y todo lo que en este país pueda ocurrir, que es mucho.
Sin embargo, el pasado sábado 19 de marzo, ella no regresó a su casa. Como todos los días su madre salió a esperarla y, como no regresaba, se fue con su familia a buscarla. Su amor de madre le permitió guardar la esperanza de que sólo era un atraso y se fue a esperar a su hija a la carretera, sin importarle los riesgos que esto significaba dada su limitada visión. Y ahí estuvo segura de que en cualquier momento su hija se bajaría de algún taxi.
El resto de la familia se fue a buscarla al terreno que separaba la casa de la carretera. Fue ahí donde horas más tarde la encontraron, con un hilito de vida aún. La habían violado, estrangulado y robado. La dejaron tirada ahí, en medio de la maleza, ahí donde la gente llega a tirar basura.

Al lugar donde la encontraron llegó la policía y algunas horas después, durante la madrugada, llegó Medicina Legal. El domingo por noche la velaron.
Para sus vecinos, amigos, hermanos de la iglesia y compañeros de trabajo y estudio, ella era la alegría en persona. A todo le encontraba el lado bueno para reírse un poco. No es de extrañar la cantidad de gente que llegó al entierro.  Fue ahí donde me quedó grabada la frase que titula esta entrada: la gritó su hermana frente al ataúd mientras lloraba inconsolable.
Para quienes la conocimos queda ahora un vacío, un agujero inmenso. La herida no sanará para nadie. Murió una de las personas que mas admiré y admiraré en toda mi vida.
Uno ve a diario asesinatos en nuestro país, entre 12 y 15 dependiendo de quién dé la información. Los medios nos muestran a las familias, desechas, por esa vida que se fue. Sin embargo, hasta que a uno le toca vivir eso de cerca, no se sabe el dolor que significa perder a un ser querido víctima de la violencia.
Si hacemos números, el Sistema Judicial de nuestro país debe enfrentar más o menos 360 casos como este al mes, ¿se podrá esperar justicia para todos? Respuesta obvia. Es este mismo factor la razón por la que las familias no ponen una denuncia, tienen miedo de ser los siguientes. Con mucha razón.

En nuestro país la impunidad en un monstruo enorme pariendo hijos de forma infinita. La impunidad es un monstruo ciego y sordo pero con una lengua enorme.

One Response so far

  1. La verdad una triste realidad, como lo dije un día en Twitter, "La impunidad es la peor que pudo conocer la humanidad".

    Mis condolencias para vos que eras amigos suyo.
    Hay que cuidarnos unos a otros.

    Un abrazo.

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