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viernes, 1 de abril de 2011

Dicen que vino alguien

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Dicen que vino un martes: venía con su familia y aterrizó en el Aeropuerto de Comalapa.
Dicen que anduvo por las calles de Sívar en una 'bestia' y que visitó incluso la tumba del Santo del pueblo.
Dicen que traía bajo el brazo las soluciones a todos los problemas del país, pero esto es mentira. Lo que si es cierto es que todo mundo casi que se le puso enfrente con la manita extendida...

Fueron semanas de revuelo, de ver de un lado a otro simulacros, de ver calles arregladas o en proceso, de relajos en el Centro de la Capital porque hasta los buses sacaron "para darle una mejor apariencia". El culmen fueron dos días en los cuales no se vieron muertes en Sívar. De todo lo que se habló y se dijo, creo que lo más relevante fue, a mi forma de ver, el proyecto de $200 millones para la Iniciativa Regional de Seguridad para Centroamérica, CARSI. Y claro, también es importante mencionar que se habló sobre los migrantes compatriotas míos.
 Lo triste, y penoso, fue esa actitud pedigüeña. Eso no me gusta. ¿Cuándo será el día en que venga alguien de algún país en desarrollo a nuestras tierras y extendamos nuestras manos no para pedir, sino para ofrecer? Ya sé en qué están pensado: ¿y nosotros qué tenemos que ofrecer al gran país del norte, por ejemplo? Me refiero a proponer, no a esperar ayuda "de a gratis". Pues han de saber que en nuestro país hay diversidad de proyectos de desarrollo que lo único que necesitan es inversión para echarse a andar. Existen proyectos deportivos, para alejar a los jóvenes de las maras; proyectos de salud, como hospitales de especialidades, clínicas o unidades de salud en lugares olvidados del país. He hablado en otro lado sobre proyecto agrícolas; también existen proyectos turísticos en muchos municipios.
En fin, cuando se nos quite esa actitud de pedir todo en la boca, tal vez veamos cambios positivos en nuestro pueblo, tal vez crezcamos como nación.

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