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martes, 16 de noviembre de 2010

Invisibilidad e Impunidad.

1 comentarios
"♫Vengo de un barrio siempre a punto de estallar...♫

(Paradójicamente en el Día Internacional de la Tolerancia...)
Recuerdo cuando era niño, haberme sorprendido cuando recien fallecido mi hermano, se comenzaron a llenar las páginas de los periódicos, de fotos de guerrilleros y soldados muertos en la Ofensiva de 1989. 
Desde entonces y hasta leer a mis 14 años las crónicas de la guerra con Honduras en 1969, sentí que había visto la muerte, y que todo era alimento para mi premisa. Algo anda mal con nosotros.
Únicamente esa idea podría explicar como podíamos ser un país en el cual vemos crímenes a diario y no decimos una sola palabra, como si fuera un acto de simple idiosincracia nacional. 
Pero cuando la muerte de Karen Yamileth Cordero se esparció como un reguero de pólvora por las redes sociales, cumpliendo una de las pocas funciones realmente admirables, fue hasta insultante como los medios de comunicación (comunicación?) masiva, casi en su totalidad minimizaron el hecho como si se tratara de algo tan trivial y aburrido como el hecho que los alcaldes se cambien de partido.

De pronto las teorías sobre lo que realmente pasó, acabaron por comentarse únicamente en redes sociales. La muerte de Karen Yamileth Cordero se volvió una cifra. Karen Yamileth Cordero fue uno más de los salvadoreños invisibles que se victimizan a diario, una y otra vez, porque nunca conocen la justicia.
¿Qué le pasa a mi país?
¿Es correcto que una muerte tan ridículamente ocasionada pase al olvido?
¿Dónde quedó la responsabilidad civil de la cadena de supermercados de los señores Calleja?
Y, lo peor, ¿Dónde está la responsabilidad PENAL de los vigilantes que confinaron a Karen Yamileth Cordero?
Me pone nervioso sobremanera pensar que ese es el procedimiento autorizado por las empresas privadas para ese tipo de casos. 
Salvadoreño: Culpable hasta que se compruebe lo contrario.
Salvadoreño: Proceso sumario. Muerte.

La desigualdad de la justicia en este país se perpetúa en parte gracias a los medios permisivos y complacientes con las empresas privadas.

Es increíble que el problema de la impunidad, hermana gemela de la criminalidad, hija por derecho de la pobreza, importe menos para nosotros que la nueva transnacional que viene a "competir" en el mercado nacional.
Desde situaciones tan pequeñas, se nota que estamos tan inmersos en mundos recubiertos de plástico.
Vendimos la justicia y salimos perdiendo.
Mientras los muertos sean nada más números, una nota de 30 segundos en un par de noticieros, una foto en el periódico, o tan invisibles como Karen Yamileth Cordero, mientras no se detenga este ciclo de impunidad, este país seguirá sin rumbo, envuelto entre sombras y mentiras. 
Como dijo Menéndez Leal: "Mejor digamos Mierda."

One Response so far

  1. Anónimo says:

    Bonita entrada, Lic. Marín
    Mejor aún el espacio que le dieron en este blog.
    Saludos a todos los que escriben acá.

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