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viernes, 26 de noviembre de 2010

Implosión.

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Honestamente a mí no me impacta lo que ocurre en las carceles de nuestro país. Es, hasta cierto punto, algo lógico. En un sistema en el que ya se ha sobre pasado su capacidad en verios miles de internos lo lógico es que pasen estas cosas.
¿Quién tiene la culpa? ¿el sistema? El sistema penitenciario cumple con una de sus dos funciones principales: albergar a aquellos que comenten delitos cuyo castigo es la privación de la libertad ambulatoria (principalmente, porque hay varios tipos de libertades que se ven disminuidas). Ahora, la otra función de este sistema es la de readaptar a los internos para que comprendan que el daño hecho a la sociedad no tiene que repetirse.
Pero cuando se llega al punto de que la capacidad del sistema penitenciario se ve sobresaturada es cuando comienzan los verdaderos problemas, ya sea por hacinamiento, por falta de cursos, porque en lugar de readaptarse se llega a empeorar la condición de los internos al mezclarlos con otros internos que están peores que ellos, es toda una gama de fallas.
Verdaderamente no me molesta que pasen cosas asi, no tengo porqué sentirme mal por ellos, nadie tiene que sentirse mal por ellos, porque siendo honestos todos, nos alegramos cuando pasan cosas así en las cárceles, porque todos vemos a lo que está ahí como a un cáncer que tiene que ser extirpado.
Honestamente lo que queremos es un sistema penitenciario que funcione, pero para eso hay que comenzar desde cero, porque lo que falla no son las penas de tantos años, sino que el problema es la sobrepoblación. ¿Pero cómo se empieza de cero? Todos hemos pensado en lo mismo: pena de muerte. Ajá, pero salen los grupos defensores de los derechos humanos, y que el derecho a la vida y que también son personas... ¿lo son en verdad? ¿qué es lo que define a una persona cómo tal? ¿y acaso no es posible perder esta condición? ¿y si buscamos el bien mayor sería justo y necesario aplicar esta pena?
El hecho es que el sistema penitenciario no funciona por la sobrepoblación y, a pesar de lo que se pueda decir en contra de la pena de muerte, si vos o yo, dueños de una empresa privada ó jefe de recursos humanos de alguna institución de gobierno, nos vemos ante una solicitud de trabajo por parte de un exconvicto no nos molestaríamos en ver sus referencias, nos detendríamos en la parte que diga: "cumplió pena de prisión en X lugar por cometer tal delito", lo descartaríamos.
El sistema penitenciario necesita urgentemente una buena implosión, una purga, una limpia, un ejemplo (todos necesitamos un buen ejemplo) para volver a funcionar y cumplir correctamente con sus funciones, pero acá muchos podemos estar de acuerdo con la pena de muerte a todos esos casos perdidos que no se reincertan en la sociedad como un ente productivo, lástimosamente no podemos confiar en el sistema en el que se aplica, tan viciado, tan corrupto.
Pero igual, si hasta que no pasan estas cosas no prestamos atención entonces no salimos de nada, ¿o acaso vamos a decir que estamos pendientes de lo que pasa en un centro penal un día X? ¿acaso recordamos el nombre de alguno de los 27 muertos por quemaduras?. No pidamos algo que es practicamente imposible, con este sistema saturado, y yo digo que la culpa es de la sobresaturación, no vamos a lograr que esas mal llamadas personas se reincerten a la sociedad y que sean algo productivo. Nunca. ¿En verdad nos importa eso?

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