Pero ¿qué pasa con nuestra doble moral? ¿Se han dado cuenta que cuando participamos o dejamos de participar, por las razones que sean, también estamos persiguiendo/obteniendo un beneficio? En primer lugar, el que participa logra identificación en redes (que parecer ser el non plus ultra de la popularidad en estas épocas), horas sociales e incluso algún tipo de remuneración; y el que no lo hace, a pesar de considerarlo como algo válido en su interior y haberse quejado en algún momento, prefiere mantenerse escéptico y tirar eventualmente un par de críticas. Sí, ahora resulta que la indiferencia es "cool".
Pese a lo anterior y con todo y lo que persiguen los impulsadores de las campañas y el público participante, es refrescante encontrarse con aquellas que en lugar de lucirse mostrándonos sus aportes nos hacen tomar el toro por los cuernos y demostrar que nosotros también podemos.
Por lo general nos mostramos pasivos ante lo que ocurre y pocas veces nos lanzamos a hacer pequeñas pero significativas cosas. Es cierto, "una sola golondrina no hace verano", pero es precisamente la oportunidad perfecta para señalar que no tenemos nada que perder, más bien tenemos todo por demostrar.