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lunes, 3 de octubre de 2011

Las buenas (y secretas) intenciones

1 comentarios
No puedo mentir y asegurar que toda campaña que busca llamar a concientizar en cuanto a compromiso social, ante una u otra causa sea malévola. Tampoco puedo garantizar que toda campaña es puesta en marcha por ángeles que caminan radiantes entre nosotros.

En mi opinión, por muy triste y odioso que parezca, las intenciones de los organismos y empresas que ponen en marcha la mayoría de campañas que llegan a nosotros, aún cuando su objetivo sea el compromiso social, no son del todo sanas.

En su mayoría, y totalmente acorde al espíritu imperante en los tiempos que nos ha tocado vivir, en los cuales todo puede ser mercantilizado, llevan el obvio objetivo de promover una marca o una fundación, más que el de apoyar una causa social. Las empresas parecen tener un grado académico en pretender que tienen buenas intenciones para con la sociedad.


Es ampliamente divulgada la idea sobre el propósito real de la Teletón, y es el mismo estilo del n+1 de las fundaciones sin fines de lucro, pero que son asistentes para la evasión fiscal de muchos empresarios.

También creo, y quizás sea en razón a la idea que me ha inculcado la cultura del país, que cada quien busca en exclusiva su propio provecho.
Otro problema, a mi juicio, es cómo se buscan estandartes para un tiempo, y el problema estructural se sigue agudizando. Se puede ver en todos los ámbitos.

Sé (estoy seguro) que con escribir estas líneas no cambiaré la situación de nadie, pero me gustaría creer que alguien tendrá el tiempo de pensar por un momento en un compromiso social que quiere y puede dar, algo que puede ir desde lo moral hasta lo económico.

¿Cuántos de nosotros acompañamos las protestas convocadas por el movimiento de IndignadosSV debido a la manipulación de la democracia en el país?
¿Aún creemos que estos movimientos de presión popular obligaron a la derogatoria del decreto? ¿Quiénes están siendo ingenuos ahora?...
¿Cuántos de nosotros vimos en la televisión a los empleados públicos del ramo de educación exigir aumentos, mientras los alumnos reciben una educación deficiente? El problema es profundo y empeora a diario. Una campaña promovida por una fundación para realzar su marca y posicionarla en el mercado, no solucionará nada. La responsabilidad empresarial ni siquiera llega a paliativo.

Pero al final, esta no es más que mi opinión.

One Response so far

  1. Muy extraño que los patrocinadores de estas fundaciones como empresarios bloqueen cualquier intento de gravar los grandes capitales, o mínima reforma fiscal que les afecte sus intereses y al mismo tiempo intenten "ayudar" con una campaña social a cambiar la conducta del salvadoreño.

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