Permítame comenzar el escrito de esta semana con una pregunta: ¿Celebraría usted el día en que quedó embarazada su madre, en lugar del día de su cumpleaños? Le pregunto pues la próxima semana se conmemora el bicentenario de un hecho histórico que tuvo como consecuencia emanciparnos de España. Pero todavía no tenemos 200 años de ser una república independiente. ¿Ve la diferencia?
El año recién pasado los Estados Unidos Mexicanos -ellos sí- celebraron 200 años de independencia. Tuvieron una fiesta por todo lo alto. Las cifras mas conservadoras arrojan datos que impresionan. Solo en los días feriados concedidos que fueron de miércoles a domingo se calcula que más de 800 mil turistas (entre domésticos y foráneos) abarrotaron distintos destinos del país y generaron una derrama económica que anduvo por el orden de los US$ 400 millones.
Que tan solo la cuarta parte de esa cifra se obtuviera en El Salvador fuera ganancia. Pero no tenemos lo que ellos ofrecen. Entre 2007 y 2010 ese país del norte figura como el décimo a nivel mundial en cuanto a visitantes extranjeros. FUENTE.
Tengo una teoría, que es mas bien bastante conspirativa, pues no hay manera que la pueda comprobar. Aún así la voy a enunciar. Creo que en su afán de tener presencia mediática el alcalde capitalino se sacó de la manga esta celebración. Ya está, lo dije. Crucifíquenme.
No creo que sea necesario justificar por qué pienso de esa manera, es más, no viene al caso. Porque lejos de ese aspecto, es un insulto a nuestra inteligencia hablar de un hecho histórico del que estamos a DIEZ AÑOS!!! que acontezca. Por alguna razón ignota pareciera que ahora es deporte meterle los dedos en la boca al conglomerado. Máxime cuando se acerca un período electoral.
Resulta triste primero e indignante después, que si no es un bando es el otro. ¡Todos están cortados con la misma tijera! Me gustaría que los políticos de este país no fueran tan charlatanes. Se vale soñar.
