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martes, 11 de octubre de 2011

La Leyenda Negra

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Desde hace siglos se conmemora el 12 de octubre de 1492. Una fecha de enclave para la humanidad recordada por naciones hispanas, aunque con diversos nombres y significados, asociada a la llegada de los primeros españoles a América que fueron conducidos por Cristóbal Colón.

El 12 de octubre de 2009 me encontraba en Madrid. Ahí asistí al festejo del día de la hispanidad: una celebración de más de 24 horas, desfile de carrozas que lideran artistas -mayoritariamente latinos - al compás de “yo nací Orisha” y un sinfín de desfiles de la población latina cargando con orgullo la bandera de su país de origen. La alegría del desfile se prolonga a altas horas de la noche y termina en Plaza Colón, adonde los asistentes pueden disfrutar de un show en vivo de una multitud de cantantes.

En Alcalá de Henares, a un lado del palacio arzobispal se encuentra el monumento más escalofriante que he presenciado, dedicado a la Reina Isabel la Católica. En aquel palacio fue donde la Reina mantuvo la primera entrevista con Cristóbal Colón, vísperas a su viaje. Los árboles que le rodean han crecido en dirección contraria al palacio, como un símbolo de “vaya ustedes a saber qué”.


En Sevilla tuve la oportunidad de visitar la Catedral, el edificio gótico más grande de Europa. Ahí descansan el 15% de los restos de Colón, al menos así lo afirma la historiografía española. La tumba es un Mausoleo imponente, grande y majestuoso: 4 reyes españoles de armas vestidos de gala sostienen el ataúd de Colón. La historia nos cuenta que los restos de Colón fueron exhumados al menos 4 veces entre Sevilla, Valladolid, Cuba y Santo Domingo. ¡Vaya historia! Además de adjudicarle la conquista española nadie sabe a ciencia cierta donde nació o donde yacen sus restos.

Así encontramos por el resto de España y América diversos monumentos a este personaje tan singular. Por todos son conocidas el centenar de mitos detrás del viaje de Colón y aquello de que él no fue el primero en llegar a estas tierras. La historia detrás del descubrimiento de América y su posterior enigma entre colonizados y conquistadores, son premisas que quizás nunca logremos conocer a ciencia cierta. Pero ello, no es cuestión de estas líneas.

Nosotros hablamos de nuestros ancestros siendo conquistados. En España se libra una batalla por defender lo acertado de su conquista. Desde el siglo XVIII surge lo que se conoce como la leyenda negra, una ideología catalogada de antiimperialista, principalmente basada en los relatos controversiales de Fray Bartolomé de las Casas sobre el descubrimiento de América, historias que cuentan sobre asesinatos, torturas, codicia, avaricia, entre otros. Dicha leyenda ha sobrevivido en la ideología y, no tanto en los historiadores españoles, pues es reconocida en la actualidad como “una red de relatos, de diversa procedencia, autoría y fecha, cuyo fin es menoscabar la imagen de España, de la España Imperial”.

Si eso es así, la pregunta es: ¿por qué se mantiene viva la leyenda? Los monumentos, mencionados anteriormente, ¿son sólo imágenes reinventando una historia que pretende contradecir la leyenda negra? Y la incansable pregunta que se desprende ¿Qué habría sido de nuestros pueblos de no haber sido colonizados tan brutalmente?

Se llame leyenda negra, día de la raza, día de la hispanidad o como queramos llamarle, nos deleitemos en conciertos, vistamos las costumbres indigenas y afro-descendientes, bailemos para celebrar alguna historia, da igual.

Aquí estamos, varias generaciones que hemos y han sido engañadas sobre los métodos, las convicciones morales, los sistemas políticos y económicos que conducen -dirán- a la prosperidad, el progreso, la paz social y la riqueza generalizada. Es que no se puede fundar la sociedad deseada sobre cimientos erróneos.

Y aquí podría hablarles del buen y el mal gobierno de la Declaración de la Selva de la Candona y un pueblo donde se exige pasaporte para poder entrar a su territorio, una guerra librada por exigir sus derechos y nada más. Sin ir más lejos, quedémonos en nuestros pueblos centroamericanos y veamos cómo se libra una lucha silenciosa. Mientras nosotros continuamos al margen, perdiendo el tren de la historia.


“Nos acusa nuestra leyenda negra de haber estrujado las colonias.
Cualquiera que venga detrás las estrujará el doble, sólo que con arte y maña”

(Emilia Pardo Bazán, «La España de ayer y la de hoy» 1899).

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