Estamos a unos días de conmemorar la fecha del descubrimiento de América. Recordamos entonces aquella publicidad en la que se veía a un tipo representando a Rodrigo de Triana gritar al descubrir tierra entre tanta agua. Luego de más de 500 años mucha gente se pregunta si aún tenemos algo de solidaridad con los pueblos originarios de estas tierras.
Aunque es cierto que ya no somos más que una mezcla de razas que buscan subsistir en estos tiempos, en los que las crisis de identidad, los medios de comunicación masiva y el consumismo generado por el gran capital, manejan nuestras decisiones, también es cierto que nosotros mismos como sociedad hemos invisibilizado a la gente de los pueblos originarios.
Hemos llegado a pensar que con aprender náhuatl formamos parte de un respeto hacia las personas que aún conservan sus creencias, pero de la misma forma que aprendemos el dialecto, nos vamos "revolucionariamente" con el Ipod a todo volumen a tomar un café al Starbucks, sin intención alguna de colaborar con los pueblos originarios, sus derechos, su cultura y sus creencias.
A estas alturas, presiento que ya no tenemos nada que festejar. Quizás la raza y la hispanidad no son conceptos que reflejen con toda su dimensión tanta problemática de irrespeto a derechos, y a las imposiciones culturales que se han recibido a lo largo de la historia.
Propondría, si es necesario conmemorar algo, utilizar esta fecha como una conmemoración de la diversidad cultural que se tiene luego de todos estos años, y fomentar con ello el respeto a todas las culturas que nos han vuelto lo que somos.
Pero al final, esa no es más que mi opinión.
