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miércoles, 8 de junio de 2011

Alta traición

1 comentarios
"Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos,
y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos",
Subcomandante Marcos.

No voy a decirles que todo está mal porque eso es algo ya demasiado sabido. No puedo decirles cómo es que llegamos al nivel de desastre en el que estamos. No soy un analista político rimbombante de esos que pululan por todos los canales de televisión, ofreciendo soluciones para el problema que en muchísimos casos, ellos colaboraron en su proceso de devenir.

Soy un salvadoreño común, desempleado y enojado. Escribo simplemente por hacerlo y porque he asumido como mi último derecho el de no quedarme callado nunca, sin importar lo que me digan.

Parece que ya todo está dicho por los mismos analistas político-jurídicos que mencioné anteriormente y que ya todos entienden el problema del ataque técnico a la independencia de poderes, pilar de esta y cualquier otra democracia.

Creo que, ante todo, lo más preocupante es darse cuenta de la magnitud del descalabro institucional del que estamos siendo testigos, y partícipes si nos callamos, que pareciera que al final nos llenará de más preguntas que respuestas. También es posible que lleguemos a creer a pie juntillas que todo comenzó con la aprobación del Decreto 743 publicado el pasado 2 de junio. Pero no es así.

Lo cierto es que estamos ante un evidente "manoseo" de la Constitución de la República desde hace muchos años. La democracia, secuestrada por los partidos políticos, no es ahora más que un espejismo. Existe una traición directa y sin precedentes en la historia reciente del país, al sistema democrático del que tanto alarde se ha hecho.

La alta traición no es de parte nada más de los 47 diputados que votaron a favor de aprobar la reforma a la Ley Orgánica Judicial, que obliga a la Sala de lo Constitucional a tomar decisiones por unanimidad en materia de Constitucionalidad, cortando toda posibilidad de hacer lo que la ley manda, administrar justicia. La alta traición la han acordado todos los partidos políticos desde el momento en que la institucionalidad del país se ha vuelto moneda de cambio para negociar. La democracia es la traicionada. La Constitución es la traicionada.

Voté por un candidato que prometía gobernar del lado de las mayorías y con una completa independencia.
Voté por un partido que ofreció trabajar en una Asamblea legislativa que promovería decisiones que beneficiarían a las mayorías.
Me alegré cuando la Sala de lo Constitucional se decidió a resolver demandas con pleno carácter técnico-jurídico, totalmente fuera de presiones políticas.
Sentí que había ganado. Sentí que como país habíamos ganado. Sentí que el sistema comenzaría a funcionar como es debido.
Me equivoqué.

Los diputados, al verse afectados por las resoluciones de la Sala de lo Constitucional, se unen y acuerdan cercenar su independencia con una medida ad-hoc para que no logren una sentencia más, dada la conocida circunstancia que el 5° magistrado jamás los apoyaría por ser de la vieja guardia de la CSJ.

El presidente por el que voté, la esperanza de la gente para que vetara el decreto aprobado por la Asamblea Legislativa, lo sancionó y mandó a publicar con fecha del mismo día para que entrara en vigencia a la brevedad posible. Parecía como si todo estuviese arreglado desde antes. Perdió en un día el crédito moral que tanto me había costado darle.

Se decía que era la derecha partidaria la que había planeado y aprobado el decreto gracias a la información filtrada y que apuntaba que se declararía la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía, el TLC con Estados Unidos, el Sistema de Residuos, etc. Ahora, el rumor dice que la Sala de lo Constitucional puede haber llegado a un acuerdo con ARENA para derogar el Decreto 743 a cambio de no derogar la Ley de Amnistía y evitar la extradición de Cristiani. Todo eso en nuestras narices.

Repugnante.

Si todo eso es cierto, no puede confiarse en nadie más.

Recuerdo cuando me di cuenta que en Nicaragua se había dado el pacto entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán, mediante el cual se repartían el poder y las instituciones del país. Me indigné.

Acá es peor.
Lo hacen sigilosamente. Los políticos, los partidos realmente han secuestrado el poder y la democracia. Parece que ya no hay salida.
Incluso, lo peor es que hay muchos que parecen no comprender la magnitud descomunal de lo que está sucediendo.
Nos han vendido durante años la ilusión de una democracia en la que ingenuamente nuestros votos cuentan cada 3 o 5 años. No es cierto.

Es obligatorio, ya no una reforma, sino una refundación total del Estado.
Hay que hacer un estudio completo y llamar a una Asamblea Constituyente que plantee una nueva Constitución que le otorgue más poder al ciudadano y frene la partidocracia que ha devorado al país.
Es suficiente. No se puede seguir así.

"Nadie está más esclavizado que aquel que piensa falsamente que es libre".
Pero usted piénselo. Infórmese.
Esto no es más que mi opinión.

Banda sonora para el post.




Rage Agains the Machine - Testify!

"The jury's sleepless
We found your weakness
And it's right outside your door
Now testify
Yeah testify
It's right outside your door
Now testify"

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  1. RATM siempre supo expresar el sentimiento hacia los políticos.

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