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jueves, 30 de junio de 2011

Santos de la droga

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Mucho se ha hablado del narcotráfico en nuestro país. Para nadie es un secreto que nuestro territorio es un puente en la ruta hacia Estados Unidos, dejando a su paso cantidades nada despreciables de dinero, ya sea en una o en varias manos.
Sin embargo, hay algo de lo que poco se habla: los beneficios que deja en ciertas comunidades el trafico de droga. Tal vez hayan escuchado sobre Pablo Escobar, un famoso narco colombiano. Tenía todo un imperio en su país, incluso llegó al colmo de construir su propia cárcel con todas las comodidades. Ayudó a muchas comunidades y hasta construyó escuelas. Generó empleo y era muy querido por una parte del pueblo. Claro, eventualmente desencadeno una guerra horrible y, finalmente, murió perseguido por la policía.
Tuve la oportunidad de conocer a una amiga de infancia de un conocido narco originario de Santa Rosa de Lima. Allá el tipo es toda una celebridad, casi un santo. Ayuda a las familias, les ofrece trabajo decente y les paga muy bien. También colabora con ciertas cosas de salud. Claro, nada es gratis en este vida.
Sospecho que el modelo de Escobar ha sido copiado en otros lugares. Eso ayuda a que le gente los encubra, además de calmar, en cierta forma, su conciencia (sí, sarcasmo). 
Como sabrán, en otros niveles, la gran mayoría, el asunto del tráfico no es nada amigable, dejando cadáveres a su paso (refiérase a cualquier periódico para mayor info).
En fin, que el negocio de la droga cubra responsabilidades del Estado es preocupante.

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