Al parecer se vuelve difícil comprender la dimensión de los que parecen ser gravísimos errores en nuestro sistema democrático, pero todo se hace más sencillo de comprender si respondemos a cualquier pregunta referente a motivaciones de la clase política con el simple título de este mini artículo: instinto.
Todo sistema político y social, en cualquier parte del mundo, se ha basado en una simple premisa y no ha tomado otra acción que no sea aquella que busque perpetuar su status quo como figuras que detentan el poder en la medida que sea. Todo es instinto.
Es simplemente el instinto de supervivencia lo que ha llevado a que se den tantas situaciones que rayan en lo ridículo y que ahora nos han indignado en gran medida, aunque no acabemos de comprender su verdadera magnitud.
Tome usted cualquier movimiento político, cualquier sistema, en cualquier momento de nuestra historia, y fácilmente se dará cuenta que esto no es más que una protección descarada del status quo de aquellos que están en una posición privilegiada del sistema de instituciones de la democracia.
Ojo, no se perpetúan personas, menos en los casos más visibles. Se perpetúa el poder de un grupo. Otra vez, lo hacen ante nuestras narices, mientras nosotros seguimos votando por ellos y creyendo en la falsa libertad que nos proveen y nos hace dormir tranquilos.
Creemos que un partido reemplaza a otro, y la ilusión vive en eterna renovación.
Nos tienen en estado de manipulación pasiva.
Creemos que las personas, las caras nuevas, salvarán al sistema, a la sociedad. Volvemos a fallar.
Acá los partidos aprueban el decreto 743 para amarrar a la Sala de lo Constitucional porque los estaba afectando y, así, asegurar su supervivencia. Todo es instinto.
¿Cómo evitarlo?
¿Cómo sanear un sistema corrupto hasta sus cimientos?
Un sistema que perpetúa un status quo está corrupto para siempre.
Lo que queda por hacer, simplemente no se hará.
En 6 meses hablaremos otras cosas. Quizás en menos tiempo.
Tendríamos que exigir un cambio real, un cambio total de la clase política, medidas que eviten que la clase política se vuelva eterna en el poder.
Libertad real.
¿Es mucho pedir?
