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miércoles, 1 de junio de 2011

La miel que se convirtió en hiel

3 comentarios
Recuerdo aquel 16 de marzo, luego de una jornada intensa de votación -quizá una de las más notables en la historia de nuestro país-, los abrazos que la gente se repartía en honor a la victoria de Funes en las urnas. Recuerdo también el afiche que con toda convicción mi mamá tenía pegado en una de las paredes de la terraza: la imagen del futuro presidente con un frase alusiva a su defensa por las mujeres.

Pasó el primer año y le dimos el beneficio de la duda, aún podían sentirse las mieles de la esperanza y el cambio que su eslogan de campaña prometían. Llegó el término del segundo y, aunque hubo avances, la popularidad del mandatario, envuelta en su arrogancia a la hora de contestar y uno que otro desliz que, por motivos que yo creo hasta él desconoce, se dio a conocer de su vida privada.

¿El problema? Seguir rayando en la excusa del Estado desastroso que le fue entregado en el 2009. Como él dice, es obvio que las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana, ni siquiera sus 5 años de gobierno van a alcanzar; pero en lugar de estar dale y dale con lo mismo queremos y exigimos más que la propaganda que satura los canales, radios y periódicos.

Detractores siempre hay, y este gobierno tiene hasta para regalar. Pero me llama la atención las nimiedades en la que eventualmente se fijan y son el foco para insultos hacia Funes: sus chaquetas, sus viajes, su vehículo, etc. Digo, recordemos que el tipo no era un mendigo que el FMLN eligió e hizo fortuna media vez entró a la presidencia, y la esposa tampoco es una María la del barrio que se encontró por ahí. Ojo, sé que el poder corrompe, no estoy diciendo que no se haya robado ni un cinco (aunque igual no nos conste).

¿Se les olvidaron los viajes de Saca y los Rolex que sobresalían en su muñeca? Claro, callados se quedaron los medios cuando respondió que eran cosas que podía costearse como cualquier otro empresario, gustos de los que no se iba a privar...

Lejos de seguir viendo hacia atrás, creo que es momento de dejar encerrado el fanatismo ideológico y destaquemos lo bueno, lo bonito y lo malo de donde venga.

3 Responses so far

  1. Anónimo says:

    Pues de acuerdo en algunos aspectos; las críticas por los viajes y la ropa de Funes, eso esta demás, aunque es obvio que con su sueldo anterior jamás se los podría costear. pero apoyo el hecho que ya basta de justificar lo que no ha podido hacer y culpar a la administracion pasada, queremos resultados, que deje de gastar tanto dinero en spots y propaganda y que lo invierta en seguridad, que propongan y ejecuten.

  2. Anónimo says:

    ¿Y vos te crees que antes Funes tenía para llevar la gran vida? ¡Si siempre ha pasado enhuevado hasta el cereguete! Lo que no se le quita es que siempre fue un wannabe de burgués, con carrito vergón y un chingo de lentes con aros de moda. En cuanto a la primera nalgona de la república, tampoco es que venga de cuna de oro. Ahora disfruta vedando el acceso al centro comercial donde se le antoja tomarse un café, o usurpando un edificio patrimonial para saludar con sombrero ajeno cuando recibe a personalidades como la mujer del negro. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

  3. Estimado/a anónimo/a 2: sí, yo incrédula. Digamos que rayé en la ignorancia y en darle un voto más de confianza. Ahora, después de darme contra la pared con los actos del viernes, pues la miel terminó de convertirse en hiel por completo. Puf! Adiós encanto, terceras oportunidades.

    Lo bueno de todo esto es que, a pesar de aprender con golpes, el engaño me duró solo 2 años. Otros después de 20 años aún no salen de eso, aunque espero también les ayude el suceso del jueves.

    Saludos y gracias por hacerme crecer.

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