Meritocracia 2.0

The slave begins by demanding justice and ends by wanting to wear a crown. He must dominate in his turn. (Albert Camus.)

A veces las cosas que me ponen a pensar se mezclan con algún recuerdo de mi infancia. Así, a veces salen a pantalla la ofensiva del 89, los acuerdos de paz, el 3-1 a México en abril del 93, etc.

Mi papá solía decir la famosa y trillada frase de "El poder corrompe.", mientras derramaba su perorata, entonces incomprensible para mí, sobre el gobierno en turno. Lástima, el viejo murió en el 94 y no pudo ver su soñado gobierno revolucionario.

Con la llegada del FMLN al ejecutivo, gracias en gran medida a los excesos que la población observó en quienes democráticamente habían elegido, y habían detentado el poder durante 20 años, se esperó lo único que se nos había prometido: Cambio.

Existen actualmente dos tipos de personas que podrían criticar el fallo ético y moral, en cuanto a meritocracia, luego de más de año y medio de gobierno. Primero, están aquellos que votaron por el actual gobierno y no han sido tomados en cuenta, mucho menos contratados, aun cuando quemaron todos sus esfuerzos en aras de ver al partido llegar al ejecutivo. Activistas que sudaron la gota gorda coordinando y ejecutando la campaña.

En segundo lugar, todo aquel que esperaba tener una simple oportunidad en términos de igualdad, para mostrar su capacidad y aplicar a una plaza en el ministerio público, y no la recibieron.

En ambos casos el problema es la pérdida de fe en la promesa de evaluar méritos antes de aceptar compadrazgos o nepotismos en el gobierno.

Honestamente leer artículos como los que recientemente se han multiplicado para mostrar en detalle la cantidad de plazas otorgadas, y los salarios que se les autorizan, me da un poco más que vergüenza. No quiero ser mal interpretado. Si los estudios dicen que la canasta básica ronda los $300, se me hace justo que los salarios autorizados a los empleados públicos, estén alrededor de los $500. Pero de eso, a saber que hay  motoristas que ganen $ 1528.57 se me hace totalmente ridículo. 

Me pregunto, ¿Cómo seleccionan al motorista de alto nivel en dirección superior, que ganará esos $1,500?

 Será uno de estos:

(Paréntesis cultural) 

Luego del breviario cultural...

He repetido hasta el cansancio que uno de los problemas más graves del sistema en que vivimos, es la inoperancia y pérdida de institucionalidad y validez de la Corte de Cuentas de la República.

A veces he llegado a creer que la Constitución de la República que utiliza don Hernán Contreras y adláteres, no incluyen el Art. 195. Funciones de la Corte de Cuentas.

La Ley de Transparencia Institucional sería un buen referente en estos momentos si se tuviera algún tipo de voluntad política.

Mientras tanto, el Tribunal de Ética gubernamental, que debe aplicar la Ley de ética, otro elefante blanco del estado, dada su inoperancia y falta de coordinación con la Corte de Cuentas, ha permitido que a día de hoy, se gaste mucho más en mantener los salarios, que en mejorar nuestro derruído sistema educativo.

No espero que mis amigos, vecinos y todo aquel conocido entre a trabajar para el estado porque se hayan abierto oportunidades para todos.Pensar eso es tan o más ridículo que aquellos que creen que todo aquel que quiera entrar a la Universidad de El Salvador podrá y deberá hacerlo.

No se puede seguir permitiendo esa burla a la meritocracia. Lo único que se está exigiendo es lo mismo que el ejecutivo les ha impuesto como requisito a los empresarios de transporte para negociar futuros subsidios o compensaciones, MEJOREN LA CALIDAD DE SUS SERVICIOS.

Que trabaje aquel que puede hacer bien su labor. Sin importar más los apellidos que el desempeño. 

Mientras tanto, seguimos perdiendo la fe. No queda mucho porque animarse...