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martes, 10 de mayo de 2011

Resumiendo

2 comentarios
Pas de replâtrage, la structure est pourrie.
(No le pongas parches, la estructura está podrida.)

Esta semana cada colaborador publicará una reflexión sobre el tema que les parezca. Como siempre, no hacemos las veces de un periódico, no venimos a resumir los editoriales de los principales rotativos, ni a comentar lo que dicen los noticieros ni a querer dar soluciones. Hablando por mí, soy de los que piensan que decir las cosas vale la pena para que cada quien tenga su propia opinión y no para convencerlos de la mía.
A veces creo que, igual, querer decir lo que pienso y que todos tengan su propia opinión, fuera de lo que los medios masivos les han inculcado, es utópico y hasta molesto. Pero no importa.

En mi caso, decidí hablar sobre lo que sucedió el fin de semana en el centro de San Salvador, gracias al Plan de recuperación del centro histórico.
Resulta que el Alcalde de San Salvador, el Dr. Quijano, decidió que era suficiente de negociar, puesto que dice que agotó todas las instancias, y ordenó hacer efectivo el desalojo de los vendedores, arrasando con los puestos de venta, incluyendo mercaderías, y dejando el centro en un caos inmediato, dada la defensa de los vendedores de su único patrimonio y medio de subsistencia, en la mayoría de los casos, obtenidos gracias a numerosos créditos otorgados por la banca.

Hay tres puntos que considero importantes:
1. Hemos puesto el grito en el cielo por la manera en que se vandalizó el centro de San Salvador, los daños al patrimonio cultural y los saqueos a varios comercios, pero ignoramos que luego de retirarlos por la fuerza de sus sectores de venta, probablemente los bancos los devoren con las deudas que han contraído.

2. La misma Alcaldía ha mantenido los permisos y cobrado impuestos por años, y los dejan ir sin más opciones que las de buscar un nuevo lugar para vender, en iguales o peores condiciones y, obvio, con nuevo y cada vez más cruel crédito.

3. El problema de la venta callejera ha crecido paulatinamente por culpa de la demanda. Culturalmente nos hemos vuelto animales de costumbre.
Lo que resultaría más fácil es atacar la demanda más que la oferta.
Puede que a ustedes les parezca tonto, pero piénsenlo solo un minuto. Imaginen que los vendedores no tuvieran a quien ofrecerle la mercadería, obvio que tendrían que buscar otro lugar.
Para ello, lo más viable es imponer una especie de multa a las personas que compren en la vía pública sin importar nada más. Y dejar de otorgar permisos.

La gente merece ganarse la vida, pero sería una buena forma de poner un orden sin necesidad de llegar a la confrontación, a los saqueos y demás situaciones que generan más caos que cualquier otra cosa.

Mientras las oportunidades y todo el problema estructural no se resuelva, como resulta utópico creer que se hará, el problema no lo resolverá un alcalde y sus cuerpos de seguridad. Sin embargo, no hay intención de solucionar el problema de fondo y lo que se hace es maquillar la situación. La calle se ve más limpia, pero hay más desempleo. Más gente con hambre, más gente endeudada sin opciones.

Resumiendo, esto no es un problema sencillo, pero la voluntad no existe.
Esta no es más que mi opinión, simple, escueta y quizás sin importancia.

Soundtrack del post.
Hoy toca algo cómico.
DJ- Kun - No hay dinero.



Cuando la suerte estaba echada

La mía estaba tirada, arrastrándose podrida por el suelo

Sin dinero, loco sin dinero

Te invito si me prestas, luego te lo devuelvo.

2 Responses so far

  1. Uffff está dificil el problema de las ventas.

    1. Suponiendo que existe un local o edificio para meterlos a todos, tendría que ser a TODOS sin excepción (eso ya es dificil)

    2. Los productos que ofrecen NINGUNO es de primera necesidad, por lo que estaría dificil que los fueras a buscar a un edificio cuando te quedaban en la calle y comprabas por antojo.

    3. El precio de tener calles bonitas y limpias vrs. más gente desocupada y desempleada con la posibilidad de que tomen la ruta criminal.

  2. Bien dicen por ahí, todo tiene, al menos 2 puntos de vista distintos.

    Si bien el método no fue el correcto, el asunto de la "ciudad limpia" no lo es tan solo por la limpieza, sino también por la seguridad.

    Gente sin empleo, sí, definitivamente, pero también familias enteras que transitan ahora por la acera y no por la calle como tenían (teníamos) que hacerlo, exponiendo no sólo nuestras vidas, sino también la de nuestros seres queridos.

    Difícil, realmente difícil...

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