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viernes, 20 de mayo de 2011

El efecto cascada

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Desde hace algunos meses el subsidio general del gas propano fue retirado para dar paso a un doloroso y largo proceso de focalización de subsidio. Es decir, se busca beneficiar a las personas que no pudieran pagar el 100% del costo del tambo.
Es fácil otorgar un subsidio cuando la mayoría de los consumidores pertenecen al sector de la población al cual se quiere beneficiar, como fue el caso del transporte, que es al fin y al cabo un subsidio a la población. Para el caso del gas la cuestión es mucho más complicada. No es sólo cobrar una cantidad a los que tienen un mayor ingreso económico y luego cobrar otra cantidad inferior al resto.  
Una familia de escasos recursos se puede beneficiar al recibir los 8 y fichas al mes, el problema que es las grandes empresas (y muchas medianas y pequeñas) trasladan el incremento del gas al consumidor, porque, claro, no van a ver reducido su margen de ganancia, y de forma indirecta personas de ingresos menores siempre sufren por el cambio de sistema de distribución de subsidio.
Diferente es para los negocios pequeños que consumen varios tambos al mes, como tortillerías, comedores o panaderías. A ellos no se les entrega subsidio para los tambos que consumen en el mes, ni siquiera a la semana en muchos casos. Para ellos se les hace bien difícil aumentar el precio de sus productos. 
A nicel centroamericano, el país no es el que tiene los precios de gas más elevados. En Costa Rica el tambo de 25 libras anda por los $18 (aunque es de tomar en cuenta que el costo de la vida, que es el mayor de la zona). Ya que siempre que se habla de algo a nivel regional se da énfasis a Nicaragua (bien raro), veamos el precio allá: $14.23 el tambo de 25 libras, uno de los más bajos. En Honduras, asumo que por la cuestión del puerto, el precio anda por $13. 
Otro punto es el de la distribución. Esta misma semana, el bajo porcentaje de ganancia llevo a los distribuidores a paro. Ellos piden un aumento de $0.60 por sobre los $0.86 que dicen ya ganar por cilindro. ¿Adivinen quien podría absorber este incremento?
Hablando claro: lo que está fregando es el efecto cascada. Creo que se debe ampliar a los beneficiarios del subsidio o aplicar escalas de porcentajes para beneficiar en cierta medida a otros sectores. Además, creo que la entrega directa de dinero es más una medida populista que práctica. Recordemos que la mayoría de los salvadoreños no son buenos administradores y no hay garantía que vayan a usar ese dinero para la compra de gas. Además se debe promover el uso de cocinas ecológicas o, mejor aún, cocinas eficientes.
Finalmente, hay consecuencias que no han sido contempladas aún, como la deforestación ante un inminente aumento de uso de leña para cocinar.
En fin, creo que de esto hay mucha tela que cortar y lo mejor es mantenerse informado lo mejor posible y, sobre todo, actuar por medio de ahorros: de energía eléctrica, de gas y, claro, de dinero.

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