No voy a venir a rasgarme las vestiduras como un clasicista a ultranza, pero hay que decir las cosas como son. En El Salvador estamos lejos de poder decir que siquiera el primer paso para alcanzar altas cotas está dado en materia de política turística. Se puede decir más alto, pero no más claro.
En España, por citar un ejemplo, hay un Instituto de Estudios Turísticos, dependencia del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que nos saluda en la portada de su website con un dato que es la envidia de cualquier nación:
"España recibió 24,8 millones de turistas internacionales en los seis primeros meses del año, un 7,5% más que en 2010".
Hay todo un esfuerzo orientado para una meta. Que el máximo posible de viajeros foráneos lleguen. Se analizan variables, se estudian casos, se implementan directrices. Por supuesto, no se trata de apuntar a Francia, España y Estados Unidos. A la sazón, los líderes mundiales del rubro que reciben turistas extranjeros con 74, 55 y 52 millones de visitantes por año respectivamente.Tampoco con el país que menos reciba. No, no nos podemos comparar ni con Dios ni con el diablo. Si lo hacemos con el primero damos lástima. Si lo hacemos con el segundo, salimos en caballo blanco. Siempre buscamos al ángel y a su demonio.
Y es que si ya es difícil llamar la atención de los potenciales clientes (léase viajeros), no es menos cierto que es muy improbable que decidan venir si las condiciones no están dadas. Si nuestra imagen ante el mundo está todavía relacionada con la guerra que terminó hace 19 años o si ahora son las pandillas y la delincuencia las que ocupan los titulares en los noticieros se debe trabajar por revertirlo.
Si bien dije que no hay que compararse con los mejores, se puede seguir sus ejemplos. Hay datos que escandalizan e inquietan: solo en Nueva York llegan 40 millones de turistas (entre nacionales y extranjeros) cada año. Su fórmula contiene todos los arcanos del éxito. Algo bueno tienen que estar haciendo, ¿por qué no imitarlos? Tecnificar, modernizar, investigar. Dinamizar el Ministerio de Turismo para que no sea un elefante blanco.
Si a quienes viven fuera, los hermanos cercanos, se les puede ver como los primeros en fila por interesarlos en retornar y "re-conocer" su país de origen se debe empezar por hacer atractiva la oferta. Para eso deben hacerse alianzas con las aerolíneas. Como los hoteles lo hacen con los taxistas. A los primeros hay que vendérselo como ilusión y a los otros como negocio. No puede ser posible que sea más barato ir desde los US a Barcelona o Milán (incluso desde la costa oeste!!!) que a El Salvador. Los datos ahí están. Y jugar con la melancolía no es suficiente, hay que dorar la píldora. Es la realidad, tiene muchos matices pero es factible.
Para finalizar, es menester señalar que para convertirnos en un destino turístico debemos hacer sacrificios -incluso tributarios- y exige grandes esfuerzos, pero no es imposible.
En España, por citar un ejemplo, hay un Instituto de Estudios Turísticos, dependencia del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que nos saluda en la portada de su website con un dato que es la envidia de cualquier nación:
"España recibió 24,8 millones de turistas internacionales en los seis primeros meses del año, un 7,5% más que en 2010".
Hay todo un esfuerzo orientado para una meta. Que el máximo posible de viajeros foráneos lleguen. Se analizan variables, se estudian casos, se implementan directrices. Por supuesto, no se trata de apuntar a Francia, España y Estados Unidos. A la sazón, los líderes mundiales del rubro que reciben turistas extranjeros con 74, 55 y 52 millones de visitantes por año respectivamente.Tampoco con el país que menos reciba. No, no nos podemos comparar ni con Dios ni con el diablo. Si lo hacemos con el primero damos lástima. Si lo hacemos con el segundo, salimos en caballo blanco. Siempre buscamos al ángel y a su demonio.
Y es que si ya es difícil llamar la atención de los potenciales clientes (léase viajeros), no es menos cierto que es muy improbable que decidan venir si las condiciones no están dadas. Si nuestra imagen ante el mundo está todavía relacionada con la guerra que terminó hace 19 años o si ahora son las pandillas y la delincuencia las que ocupan los titulares en los noticieros se debe trabajar por revertirlo.
Si bien dije que no hay que compararse con los mejores, se puede seguir sus ejemplos. Hay datos que escandalizan e inquietan: solo en Nueva York llegan 40 millones de turistas (entre nacionales y extranjeros) cada año. Su fórmula contiene todos los arcanos del éxito. Algo bueno tienen que estar haciendo, ¿por qué no imitarlos? Tecnificar, modernizar, investigar. Dinamizar el Ministerio de Turismo para que no sea un elefante blanco.
Si a quienes viven fuera, los hermanos cercanos, se les puede ver como los primeros en fila por interesarlos en retornar y "re-conocer" su país de origen se debe empezar por hacer atractiva la oferta. Para eso deben hacerse alianzas con las aerolíneas. Como los hoteles lo hacen con los taxistas. A los primeros hay que vendérselo como ilusión y a los otros como negocio. No puede ser posible que sea más barato ir desde los US a Barcelona o Milán (incluso desde la costa oeste!!!) que a El Salvador. Los datos ahí están. Y jugar con la melancolía no es suficiente, hay que dorar la píldora. Es la realidad, tiene muchos matices pero es factible.
Para finalizar, es menester señalar que para convertirnos en un destino turístico debemos hacer sacrificios -incluso tributarios- y exige grandes esfuerzos, pero no es imposible.
La ONU declara a El Salvador como el pais con el mayor indice de homicidios en el MUNDO!! Las agencias de turismo recomiendan como destino a costa rica y panama y el caribe hondureño lo demas es su riesgo...