Fui un estudiante con ansias de justicia, quería defender a los pobres, defender –solamente– inocentes, ayudar a los débiles y olvidados. Quería aplicar la justicia. Sí, chiquilladas. Ahora que soy profesional quiero, sobre todo, un trabajo; quizá defender a los adinerados, inocentes o no,trabajar con la mayor dedicación posible mis casos; pero también quiero aprovecharme de todo vacío legal existente, ser amigo de fiscales, amigo de colaboradores responsables de causas, del perito, amigo del juez y el magistrado.
Todos queremos justicia, nuestra justicia.
Es mi opinión, triste –menos hipócrita–, pero cierta.
No se si honesto pero que sincero! Si fuesemos todos tan sinceros, te quedarias sin trabajo ni profesion.