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miércoles, 29 de diciembre de 2010

COMPRE HOY Y ESCÓNDASE MAÑANA

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Consumir es lo mismo que gastar y, lamentablemente, no todos podemos darnos el privilegio de comprar y seguir comprando. Vivimos en una sociedad de consumo en la cual tener dinero en las manos es pecado, y por lo tanto es necesario deshacerse de él lo más pronto posible. En Inglaterra realizaron un estudio que permitió establecer que las sociedades se vuelven consumistas debido a que gastar (consumir) en exceso provoca a la persona “la falsa” sensación de ser adinerado.


Salvadoreño, no se engañe. Tener tres o más tarjetas de crédito no significa que usted tenga dinero, y recuerde que todo lo que usted compra mediante sus tarjetas de crédito tarde o temprano lo tendrá que pagar y la pregunta que surge es si a usted le alcanzará su salario para enfrentar la avalancha de deudas.


Actualmente el hábito del ahorro ya casi ha desaparecido y hoy lo que tenemos es el hábito del endeudamiento. Conozco y aprecio a lindas señoritas que fácilmente anda en sus cuerpos trescientos o más dólares: blusas de $40, pantalones de $60, zapatos de $42, carteras de $38, celulares de $150 y más; pero no está mal que una persona compre ropa o accesorios caros, lo malo radica en que este bien valga mucho por el simple hecho de que tenga una viñeta o marca muy famosa y que eso sea lo que determine el precio, cuando productos similares de marca “PAJARITO” valen mucho menos y tienen la misma calidad.


Consumir es ya una moda y todos en cierta medida hemos sido víctima de ella, sino lo cree basta con que mire a su alrededor y usted podrá observar un celular de determinada marca, estilo y con nombre de fruta que se ha popularizado(no tengo nada en contra de este teléfono, solo lo menciono como ejemplo) o determinados comercios dedicados al rubro de la venta de café y similares, de los cuales confieso que soy fanático(consumidor) y en donde un vasito de este producto fácilmente tiene un valor entre tres y cinco dólares.


Es necesario que todos reflexionemos y que entendamos que es urgente ahorrar en tiempos de crisis, tener trabajo y un buen salario no significa que el dinero se pueda y deba gastar como si este creciera en los árboles y lo único que debemos hacer es cortarlo. Finalmente, cerraré este comentario con un simple consejo: si usted tiene cómo comprar y ha decidido gastar en algo muy caro, por lo menos compre algo que usted va a ocupar o por lo menos algo que necesita o que por lo menos sea algo que “usted desea” y que no lo está adquiriendo por moda o por quedar bien enfrente de los demás(la charada)



UN SIMPLE SALVADOREÑO(consumidor confeso)

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martes, 28 de diciembre de 2010

Dulce transgresión

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La crisis económica resuena en los medios masivos de comunicación, en los foros, redes sociales y en las investigaciones, pero la afluencia de personas dentro de los centros comerciales y las grandes filas que tocar hacer, en estas particulares fechas, para cancelar un artículo son realmente ridículas.


Dentro de unos cuantos días la mayoría le diremos adiós al subsidio de gas propano, la gasolina no para de subir sus precios, y con el aumento salarial a los empleados públicos la canasta básica no tarda en experimentar algún tipo de alza. Sin embargo, nos lanzamos como locos en busca del objeto – literalmente- de nuestras afecciones económicas en lugar de prepararnos para la época de vacas flacas.


A mi parecer, la crisis que realmente padecemos es la de falta de identidad. Nuevamente, un mal acogimiento a lo que la globalización trae consigo; ya que países tercermundistas como el nuestro están en el ojo del huracán en donde, con la euforia con que un niño abre un regalo, recibimos las sobras de temporadas pasadas o de aquello no tan nuevo o sofisticado de países vanguardistas como los europeos y sobre todo de Estados Unidos, nación que se ha convertido en una especie de padre del cual debemos seguir órdenes, estatutos y copiar estilos de vida, alimentación, vestuario, entre otros.


Cabelleras que fingen ser rubias, obsesión por cuerpo de pasarela, ropa estrafalaria que no se adecúa al clima, zapatos que lastiman los pies y teléfonos que desconectan del mundo real a cualquiera, son solo una pequeña muestra de cómo nos ha impactado el fenómeno de la moda, en el que si no eres parte del experimento de los diseñadores no estás en nada.


Nos encanta que halaguen nuestro gusto o que por lo menos alguien se fije en la nueva adquisición; de tal manera que la satisfacción que buscamos en los objetos ha dejado de ser utilitaria para convertirse en algo lúdico que desechamos en cuanto nos aburre o vemos que alguien más lo tiene. Nuestra forma de vestir deja de ser un instrumento que nos cubre de las inclemencias del tiempo para darle paso a la exteriorización de lo que somos y tenemos.


Conservadora o no, la sociedad salvadoreña ha dejado aplastar y pisoteado al mismo tiempo muchos de los valores por los que nuestras abuelitas se rasgarían las vestiduras; nos hemos dejado invadir por el culto a la fantasía y a la novedad, y nos sentimos desdichados si no tenemos algo que grite nuestro gusto por el consumo.

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lunes, 27 de diciembre de 2010

Compro, luego existo.

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Se sienten las fiestas y todo es más evidente.
El salvadoreño es alguien sencillo. El problema está en los medios. 
Los medios de comunicación, como sacados del libro de Chuck Palahniuk, han convertido a la gente común y sencilla, en compradores compulsivos, de aquellos que trabajan en cosas que no les gusta, para comprar cosas que no necesitan e impresionar a la gente a quienes no les importa.
Y es que no hay que tener un gran coeficiente intelectual para saberlo. Está en cualquier parte a la que se vea. Nuestras necesidades no son lo importante. Lo importante se ha vuelto lo que los medios quieren que consumamos.
Queremos ser como nos dicen los medios.
Queremos usar lo que nos dicen los medios. 
Podríamos sobrevivir con menos, pero no lo hacemos. Y la tecnología, en lugar de simplificar el mundo y sus problemas, ha minorizado la capacidad de pensamiento de las mayorías, convirtiéndolos en masas de compradores.
El problema acá radica en saber lo que es necesario y lo que es simplemente un ardid publicitario muy bien hecho para influir en las mentes que harán lo imposible, sí como lo lee, lo imposible para tener capacidad de compra de las cosas de última generación.
Todos queremos usar un Blackberry porque es lo que está de moda. Los anuncios nos bombardean de modo que será una obligación encajar socialmente comprando uno al costo que sea.
Querremos comer en los mejores restaurantes, porque lo mejor es lo que está de moda, que está de moda por los medios. Otra vez.
Esto es como el último post del tema anterior, un círculo vicioso.
No soy quien vendrá a dar soluciones. Lo único que puedo concluir es que estamos influidos desde hace años. Recorra su casa y haga una lista de artículos que compró y no utiliza, que compró y no le servirán, o lo que es peor, que compró y no sabe qué son.
Lamento mucho darme cuenta que es interminable la lista. Usted pensaba que no era consumista porque no le compraba a TVOffer? Piénselo de nuevo.
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domingo, 26 de diciembre de 2010

EXPLOSIÓN

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El problema con Escocia es que está llena de escoceses.
Somos un circulo vicioso, mucho nos puede molestar o preocupar nuestra realidad social, pero no hacemos nada por cambiarla, porque, siendo honestos, no podemos hacer nada.
Se necesita algo monumental para hacer cambiar el pensamiento de nuestra sociedad, fijáte cómo son las cosas que para estas fiestas regalamos juegos violentos en lugar de libros, los niños prefieren juego violentos en lugar de libros. Si hablamos de música… mucho te puede gustar el perro intenso ( a mi no me gusta por eso no digo “nos puede gustar”) pero si venís y oís la novena sinfonía, de verdad oírla, no podés más que llorar. Si hablamos de arte, yo no distingo un óleo de una acuarela. Mucho menos sé de técnicas en el manejo de la luz ó de la profundidad, no sé cómo hicieron Velásquez ó Rembrandt… pero igual, me imagino algún día parado bajo el techo de la capilla Sixtina, me imagino bajo ese hermoso techo sintiéndome insignificante bajo la belleza de ese derroche de belleza del que somos capaces.
Pero no, verdad, preferimos lo otro, siempre nos gusta decir que es parte de la naturaleza humana, eso de ser violentos, creo que para algunas cosas está bien, pero vivir en una cultura de violencia y llegar al punto de que no nos importe, de que no nos moleste ni nos conmueva, eso es demasiado.
¿Y a quién podemos culpar? Creo que si de verdad queremos culpables… busquemos un espejo.
¿Y qué podemos hacer para eliminar la violencia? ¿Matamos a todos y cada uno de los presos y de los mareros que hay en el país. A mí me gusta esa idea por las soluciones que plantea la pena de muerte pero ¿es esa la verdadera solución? ¿No estaremos cayendo en un nuevo círculo vicioso. La cultura de violencia en la que vivimos necesita más que eso para poder repararse, para poder superarse. Necesitamos un Batman, un Superman, un kick-ass. Necesitamos un ejemplo, un buen ejemplo para pensar, hablar y actuar.
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Cría Cuervos y ...

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¿Tan mal estamos?


No sé qué tan mal este el país, lo veo bien, a su gente los miro felices, con ganas de vivir, de disfrutar (vaya no todos, también he visto a muchos quejándose), los veo celebrando la navidad, festejando con gran algarabía… Si en el periódico mencionaran solo doce fallecidos (por causas violentas) en la el día previo a la navidad, seguramente más de uno se sorprendería porque “fueron poquitos”, ese número es lo mínimamente normal, unos cuatro más ya es para comentarlo y quizás criticar al Ministro de Seguridad y al Director de PNC. Si pasamos de los veinte hasta nos inventaríamos “toques de queda”. Y es que una muerte en Apopa, dos en Soyapango, dos más en Lourdes, tres en San Salvador etc etc. es lo que leemos todos los días en los periódicos, que capturan a dos por extorsión, que exploto una granada en el centro de San Salvador, qué cae otro por narcotráfico… y así puedo seguir escribiendo titulares, pero eso es lo normal en esta sociedad, he llegado a pensar que existen formatos para notas periodísticas en los periódicos, homicidio con arma de fuego, homicidio con arma blanca, extorsión, robo a mano armada así como hay formatos en los juzgados para resoluciones y hasta para sentencias definitivas.


Mi punto es que la violencia se ha vuelto parte de nosotros, que nacimos y crecimos en pleno desarrollo de la guerra civil puede ser una justificación, que la inmigración creciente en esos años y los siguientes ya en post guerra (nótese no escribí “en paz”) y con la posterior expatriación de los mismos ya convertidos en pandilleros pueden ser otras … yo culparé al sistema (suena cliché) pero el sistema económico, social y cultural de este país es una mierda. Tener que trabajar de sol a sol, con salarios injustos, que las riquezas están, estuvieron y seguirán estando en pocas manos (todo sonará cliché les advierto), que la educación no es educación, que en los hospitales no hay medicina, que los usureros, que las tarjetas de crédito, que los bancos, que los policías corruptos… en fin, es obvio no hay justificación para delinquir pero que estamos hartos y todo se manifiesta de distinta manera, quizás automatizados por la necesidad real e invisible.


Pero yo quien soy para hablar de violencia, a mí nunca me han robado (toco madera) a mí nunca me han matado a un familiar cercano (Ni Dios lo quiera), yo que me aterro con los mareros, yo que intento no discutir con nadie (violentamente), a mí que me da miedo manejar pues se hay miles de conductores locos... Sí si me leen entre líneas notaran mi miedo, El Salvador vive en constante e interminable miedo (quizás muchos no me entenderán, hay quienes viven en burbujas), que no se manifiesta de manera evidente pues como la violencia, el miedo es parte de nosotros, pero “Nadie va a intimidar a El Salvador”.
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viernes, 24 de diciembre de 2010

Que frío hace en San Salvador!

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“Si he podido vivir en Sivar .. yo sola..por mucho tiempo, puedo vivir en donde sea que me apunte la nariz” Esta ha sido una de mis frases favoritas, la he usado en muchísimos contextos , desde el humor hasta en las conversaciones más serias que he tenido, la frase hace referencia a (espero y si Dios quiere) mi pronta emigración a un país del cono Sur. Y es que rebobinando un poco la cinta … y aquí es donde entro en un poco de mi historia personal..no sé cómo tuve el valor de vivir fuera del seno familiar por mucho tiempo quizás casi 4 años, estamos hablando de un campo minado; según las estadísticas uno de cada tres salvadoreños sufre algún tipo de violencia en el periodo de un año, estamos hablando que a nivel latinoamericano, El Salvador es el país donde la mujer está más vulnerable a sufrir cualquier tipo de maltrato, ya sea físico, emocional o sexual por parte de cualquier persona del sexo opuesto.
Vivir en la ciudad donde yo vivo, cuidad de muertos vivientes, me llevó incluso a aprender a manejar armas, a aprender técnicas de defensa personal… espero nunca en la vida usar un arma contra una persona, pero si mi vida depende de ello creo que no dudaré en hacerlo…. Las líneas anteriores son resultado de esta paranoia constante que respiramos cotidianamente y que es más dañina que el humo de las flamantes unidades de transporte.

San Salvador, que ciudad más fría! El maltrato, el irrespeto casi inculcado de forma natural hacia muchas cosas, podríamos decir desde la naturaleza hasta al prójimo, son antesalas de la violencia social. Cómo esperamos un cambio de cultura..si ni siquiera nos importa que una mujer muera a manos de una cadena prestigiosa de supermercados? Cómo esperamos un cambio si ni siquiera somos capaces de detener tanto deterioro ambiental? Cómo queremos una cultura de progreso si nosotros mismos ponemos las barreras ? Cómo esperamos un cambio si vivimos socialmente anestesiados? Como vamos a avanzar si desde las mismas salas del poder se vive una guerra fría (y a veces no tan fría) politiquera?

La respuesta a la solución de la violencia está en mí, en vos, en todas y todos. Nunca ha habido un cliché más cierto que este, y es que una lucha nunca está desligada de otra.
Hasta cuándo dejara de hacer tanto frío en esta ciudad? Hasta cuándo voy a tener que vivir con miedo? Con miedo a que en un abrir y cerrar de ojos..ya no puedo volver a ver a tanta gente que quiero.
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miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡SOLO DE BRAVAS¡

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Si usted considera que la lucha libre, el boxeo, el karate y otros deportes de contacto son violentos, seguramente usted no es salvadoreño; mentarse la madre, agarrarse a pedradas en el centro de San Salvador, matar por un parqueo e intentar atropellar al peatón son ya casi deportes nacionales y populares, actualmente vivimos en unos tiempos en los cuales ya no es extraño ver a dos vecinos darse de trompones por el simple hecho de que uno es alianza y el otro fas o mirar a personas insultarse en la fila del banco o del súper.

Lamentablemente hemos llegado a un grado de violencia tan grande que hoy ser violento no se considera un defecto sino parte del “CARÁCTER DEL SALVADOREÑO”, pero yo me pregunto vale la pena pasar un par de años en Miami (Mariona) por matar un bolo, por un accidente de transito o simplemente por un piropo vulgar hacia la novia.

Pero lomas grave no es que el salvadoreño sea violento sino que nuestros niños esos chiquitos de casa ya ha su corta edad conocen perfectamente lo que es un arranque de ira, para ejemplo los siguientes: El típico niño metiéndole la patada al chucho, los típicos hermanos revolcándose por la sala y las clásicas peleas en un masconsito en la calle (violencia física y verbal).

Pero como pueden ser diferentes nuestros niños si en sus casas se puede observar a diario batallas campales entre papá y mamá (insultos y uno que otro plato volando), caricaturas donde los personajes favoritos se golpean y matan con gran naturalidad y sobre todo cuando estos niños miran en los noticieros los salvajes actos que ocurren día tras día en este lindo país.

No es mentira vivimos dentro de la cultura de la violencia y consecuentemente nos convertimos en focos de lo mismo (seres violentos), el mal carácter, la falta de tolerancia, la impaciencia, el orgullo y otros defectos de personalidad han provocado que nuestro país se convierta en una película de acción en la cual la vida no vale nada y las personas no conocemos otro idioma que no sea el de los golpes y los insultos.

¿Qué hacer?, es una buena pregunta y tal ves la respuesta no la conoceremos nunca, sin embargo puede ser que la solución este mas cerca de lo que creemos basta con que usted si usted saque su ángel en esta Navidad, llénese de paciencia, cuente hasta mil, piense y sobretodo recuerde que la violencia lo puede llevar a tres lugares la cárcel, el hospital y el cementerio y no creo que desee vacacionar en alguno de ellos.

UN SIMPLE SALVADOREÑO

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martes, 21 de diciembre de 2010

Efecto dominó

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Si en algo nos ponemos de acuerdo es en lo hastiados que estamos de la inhóspita sociedad en la que vivimos. Nos hemos vuelto individuos quejumbrosos que, lejos de tratar de hacer algo para mejorar, preferimos vociferar pestes de la realidad que nos rodea.


En cuanto a violencia se refiere, es injusto echarle toda la culpa a los golpes y a las palabras, hay que tomar en cuenta que esta se manifiesta en cadena desde el niño que vive en extrema pobreza debe abandonar sus estudios para trabajar y ayudar a sus padres; el que va a la escuela, pero no puede concentrarse porque el estómago le pide comida; la niña que al llegar del centro de estudios debe encargarse de atender las labores del hogar y cuidar a sus hermanitos; el joven que no puede continuar con su educación superior por falta de ingreso y empleo que le permita obtenerlos; la madre soltera que se manifiesta peligrosamente en medio de la calle para que el juez le devuelva la pensión alimenticia para su hijo; los profesionales frustrados a los que les toca aceptar cualquier tipo de trabajo porque “la necesidad tiene cara de chucho”; el oficinista que soporta a su jefe a falta de una mejor oportunidad; la señora que tiene que aguantarse el dolor porque en el seguro no hay medicinas y no le alcanza para comprarlas en la farmacia; los que madrugan para lograr llenar la pila y otros barriles aprovechando que está cayendo el agua; el vendedor que es removido de su lugar habitual de trabajo; aquella a quien le niegan la entrada a un lugar por tener apariencia humilde; familias desintegradas por la intromisión de un tercero o la crisis que obligó a alguno a partir en busca del sueño americano; el mendigo que duerme en los portales de la ciudad y se cubre con un caja de cartón; entre otros muchos casos que a diario atraviesan la mayoría de salvadoreños, aquellos que luchan por salir adelante y sobrevivir día con día.


La globalización tuvo un impacto un tanto erróneo en nuestra sociedad. Sí, nos ha mantenido a la vanguardia tecnológica con otros países evitando que nos sumerjamos más en el tercermundismo, pero de qué sirve eso si el 30% de los ciudadanos sigue siendo analfabeta y las nuevas generaciones utilizan equivocadamente la televisión y el internet en lugar de nutrir su vocabulario, conocimientos e imaginación con aquellas joyas bibliográficas que tanto poseen.


Nos hemos convertido en sujetos que actúan por impulso, no meditamos lo que hacemos y nos dejamos llevar por la corriente; el mejor ejemplo lo vivimos justamente en esta época, en la que miles están endeudándose o acabándose el dinero que con tanto esfuerzo (en la mayoría de los casos) se han ganado, en presentes que corren el riesgo de acabar en la bodega si al receptor no le agradó.


Por si fuera poco, la tendencia muestra que esto seguirá en alza y lo superficial reinará hasta el final de los tiempos…

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lunes, 20 de diciembre de 2010

"Semos malos."

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A veces me he preguntado, ¿Qué le pasó a mi país? ¿Qué hemos hecho con él? ¿Qué pasó? 
Ignoro cuando, pero algo cambió.
Al principio todo era culpa de la guerra. Pero ya pasó mucho tiempo y no hace más que empeorar.
El país sigue siendo víctima de la cultura de violencia reproducida de hogar en hogar, de colonia en colonia, de generación en generación.
Pensamos que no, pero cuando recordamos la manera en que nos enojamos severamente ante hechos triviales, y en eso me he incluido, es hasta ridículo darse cuenta como cada situación engendra más y más violencia innecesaria.
Quiero creer que es cuestión de filosofía, y que pronto llegaremos a un momento de claridad espiritual en el que bastará hacer marchas con sacerdotes, o reuniones multitudinarias en las Plazas del centro de San Salvador, para sentirnos comprometidos con la paz, o simplemente hacer spots publicitarios para crear conciencia. Pero no es así.
Veo los periódicos y cumpliendo con su objetivo, informan lo que tienen que informar. 
Los noticieros muestran a diario una seguidilla de muertes perpetradas con todo lujo de barbarie, como si no hubiese justicia, y mucho menos algún tipo de conciencia.
Pero efectivamente, es un problema de solución utópica, al parecer.
Dado que las causas son casi infinitas, el problema es cultural-sociológico y sobre todo, estructural.
Esta sociedad violenta es producto de la alienación social, la falta de valores, la marginación social y la falta de oportunidades.
No tenemos una cultura lo suficientemente arraigada, y sobre todo que vale la pena. 
Hace un par de años en un certamen de literatura se premiaron 3 cuentos, referentes todos a la muerte. Uno escribe de lo que está en su entorno. Eso es preocupante. En nuestro entorno hay muerte. 
Todo es muerte.
En las escuelas la educación es deficiente. Somos una sociedad que aprende únicamente lo justo. Una sociedad, con un sistema educativo que se regocija cuando los promedios de PAES no llegan al 6. 
Nuestros problemas estructurales pasan por el problema de la alienación. Del papel de los Mass media en cuanto a estupidizar a la población. Nos llenan las carteleras televisivas con programas de concursos que ridiculizan a la gente, con telenovelas que cumplen su objetivo que hacer que la gente olvide lo importante. 
Los Medios son grandes culpables, dado que la mayoría de jóvenes han perdido la idea de adonde quieren ir realmente. Incluso el internet ha vuelto a nuestra sociedad un poco más dependiente, violenta y alienada.

Somos una sociedad de marginación, intentamos salir de ella de las maneras más ridículas.  
Sumado a la falta de oportunidades, a la falta de educación y a la sociedad que intrínsecamente nos ha vuelto así. Quizás haya poco por hacer. Perdón por el pesimismo.
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domingo, 19 de diciembre de 2010

SAN SALVADOR ¡ZONA DE GUERRA¡

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Aproximadamente por el año dos mil en canal seis pasaban un programa llamado “ZONA DE GUERRA”, el cual nos presentaba a hombres y mujeres que se dedicaban a despedazarse unos a otros en un ring de lucha libre, yo pensaba que dicho espectáculo ya no formaba parte de la programación de este canal, pero para mi sorpresa pude observar una nueva edición del mismo en los noticieros de nuestro país.

Norman y sus agentes del orden municipal contra los vendedores ambulantes, bajo la modalidad de pelea callejera, sillas, mesas, balas de hule, piedras y otros objetos adornaban el amplio cuadrilátero de cuadras y cuadras de caos.

Pero ya hablando en serio, estoy consiente de que los señores vendedores no deben ni pueden tomar como propias las calles y aceras del gran San Salvador, muchos nos quejamos de que es imposible manejar por la capital o que al caminar se corre el peligro de ser atropellado por un bus al no poder hacer uso de las aceras, pero aun así seguimos comprando en la calle y consecuentemente continuamos fomentando las ventas.

Admiro el valor del alcalde de intentar ordenar la capital (Centro Histórico), pero no comparto el hecho de que dos agentes de CAM golpeen brutalmente a una mujer esposada y tirada en el suelo, considero que si en algún caso es necesario el uso de la fuerza no se puede permitir que esta trascienda a la brutalidad y el salvajismo.

En nuestra capital podemos observar a miles y miles de vendedores que deben ser regulados, pero ¿tendrá el alcalde el poder político y el apoyo popular para ordenar a este sector?, ¿existen los espacios suficientes (locales y edificios) para albergarlos?, ¿podrá el alcalde controlar la cultura tan salvadoreña de comprar en la calle? Y, si se decide multar al comprador como se hace en Santa Tecla, ¿tendrá los suficientes elementos del CAM para ejecutar la ordenanza? partiendo del hecho de que las ordenanzas no han detenido que los capitalinos boten basura y hagan sus necesidades en la vía publica.

Tengo que concluir que el alcalde en términos generales ha realizado una gestión “REGULAR” , lamentablemente creo que únicamente se ha dedicado a atender problemas superficiales y no los verdaderos problemas de los capitalinos y además ha cometido errores como golpear la débil economía de la población al realizar un DESMEDIDO aumento al impuesto municipal, invertir grandes fondos en la remodelación del Salvador del Mundo cuando la plaza a mi entender tenia una mejor fachada antes que ahora y a pesar de su correcta intención de ordenar la capital (ventas en la calle) ha permitido que los desalojos se conviertan en batallas campales que ponen en peligro la vida del agente municipal, del vendedor y del pobre capitalino que tenga la mala suerte de pasar por el lugar a la hora en la cual San Salvador se convierte en LA ZONA DE GUERRA.

UN SIMPLE SALVADOREÑO(CAPITALINO).

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sábado, 18 de diciembre de 2010

No vivo en San Salvador

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Estoy seguro que no soy obsesivo compulsivo, esto a pesar que los fines de semana, cuando está toda mi familia en casa, hago limpieza unas cuatro veces. Lo que pasa es que no me gusta el desorden. Me pasa lo mismo con San Salvador, bueno, no soy yo el que tiene que medio hacer la limpieza, y tampoco soy el ensucia y tampoco vivo en el centro histórico. No sé, quizás es porque me gusta el orden y la limpieza sin tener que ser obsesivo compulsivo con ellos, no sé. La verdad es que esta situación del Centro Histórico es toda una paradoja. No se puede poner orden porque están los vendedores ambulantes, estos están ahí porque de las ventas subsisten y no se mueven de ahí porque el Centro Histórico es el corredor de más de un millón de personas al día, y a su vez es un corredor porque la inmensa mayoría de rutas de autobuses pasa, incomprensiblemente, por el Centro, y a su vez estás rutas de autobuses aumentan el desorden que generan los vendedores y los transeúntes… CAÓTICO.

Veamos a los vendedores ambulantes. Yo entiendo que la necesidad, y sus familias y medios de subsistir, y que escasos recursos y todo esos argumentos sin fundamento legal que les gusta blandir a ellos. Yo los entiendo, de veras que sí, pero por favor, muy pobres podemos ser pero hasta la gente pobre tiene dignidad y si con un canasto de cualquier cosa se gana la vida vendiendo en la calle Arce, lo mismo se puede hacer en cualquier otro lugar… en orden y sin tener que invadir las aceras y las calles, aumentando el volumen de basura e incluso cooperando con el vandalismo. Yo entiendo que no es de culpar a todos los vendedores de las cosas malas, pero no podemos negar que son los que generan la mayor parte del desorden en el Centro histórico.
No sé, quizás es que me imagino una ciudad limpia, agradable, llena de lugares con historias que cualquiera desea conocer pero no lo hace por el miedo y el asco que le da el centro Histórico. Y si, yo tampoco estoy de acuerdo con las formas en la que el alcalde está haciendo las cosas… bueno, con algunas formas. Él está obligado a cumplir con sus promesas de campaña y una de ellas fue la de ordenar el centro histórico. Yo no conozco mucho del Centro, pero amo lo poco que conozco. Quizás ese es un problema mío que no me deja ver las cosas mucho más objetivamente.
Eso sí, yo declaro que el Alcalde Norman Quijano y yo podemos estar en las antípodas del pensamiento, como de hecho lo estamos, pero… qué yuca es tener que decir que con eso de ordenar el Centro Histórico se gana mi voto para su próximo periodo como alcalde. Quizás es por eso de no ser obsesivo compulsivo y que simplemente me gusta el orden y la limpieza y la seguridad. Sí me molesta que para obtenerlos hay que sacar a palos a la gente ésta que piensa que para ganarse el sustento tienen que traer sus canastos e invadir las calles y aceras, pero me molesta también que ellos no quieran buscar otros lugares en los cuales vender en orden.
Acá nadie pone de su parte, porque, bueno, a todos nos gusta el orden, eso sin ser obsesivo compulsivos, hasta a esas personas que venden en las calles les gusta mantener limpia su casa, creo. Pero ajá, quitémoslos del centro y que nos den todo la lástima del mundo (a mi no, la verdad) pero ni vos, ni yo ni nadie les va a llegar a decir: “señora, tráigase su canasto de verduras y venda en la acera frente a mi casa”.
Esto es una lucha dura, pero alguien la tiene que comenzar, y yo sé que hay gente que piensa que no importa, pero la verdad es de lo más vergón del mundo decir que el Centro Histórico de tu capital no es un mercado. Por ejemplo Washington, Madrid, Paris, Roma, Berlín, Atenas, Moscú, Tokio, Beijin... ¿cuándo has visto vos que parezcan una pocilga? Si, yo sé que nosotros somos un país tercermundista y que estamos condenados a la extinción y todo eso pero por favor, añoremos una ciudad que sea grandiosa, no perdemos nada con intentar tenerla.
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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Norman Presidente.

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El paso decisivo que ha dado el Alcalde Norman Quijano para reordenar el Centro Histórico de la Capital, es el paso que tanto gobierno municipal ha rehuido a dar durante estos últimos veinte años (de esos puedo dar fe). Norman está actuando legítimamente, es su obligación y además su caballito de pelea, nadie puede dudar que él quiere ser presidente.

El triunfo histórico de ARENA en San Salvador, después de cuatro periodos en manos del Frente, fue un alivio, sobre todo por la dolorosa derrota que se veía venir en las presidenciales, que convirtió a ARENA en el partido que gobernó por veinte años nuestro país, en oposición y como toda oposición política su objetivo será llegar o volver al poder, Norman Quijano, diputado por tantos años y la imagen más visible de su partido, está utilizando la Alcaldía de manera inteligente para unos y poco inteligente para mí .

Como pueden darse cuenta, Quijano no es santo de mi devoción, su perfil de honesto, conciliador y buen administrador público no se la creo, es inconsistente en sus declaracione… pero bueno, los políticos son así y quizá por eso mi mala fe, tampoco les enumeraré las promesas incumplidas, ni le criticare por “adecuar” –que en realidad fue un aumento– los impuestos municipales ni por embellecer San Salvador, me da igual sinceramente, sobre todo porque soy Quezalteco.

De quien si les puedo hablar es de mi Alcalde, que está en su tercer periodo, quien después de nueve años su mejoría económica es evidente, maneja camionetas del año, representa los intereses de China Continental para El Salvador… ah y me van disculpar que les cuente chambres en este medio, cuentan (y me gustaría dudarlo) que por medio de empleados de la Alcaldía pidió a las cooperativas de “MotoTaxis”, una cantidad de 200 dólares por moto, para solventarles las deudas que cada uno de ellos guardaban, situación que dicen se perfeccionó sin que se entregarán recibos municipales, tan triste la historia que me es difícil callarla sea cierta o falsa.

La misma tristeza me pasa con los vendedores ambulantes o callejeros que en los últimos meses han sido desalojados… que obstruyen el paso peatonal y las fachadas de otros centros comerciales es cierto, pero nos olvidemos que son familias enteras que dependen de esa venta, que son personas que en su mayoría no tienen la posibilidad de lograr un empleo digno, el subempleo en el país es una forma de sobrevivir hasta que las oportunidades se universalicen, no pidamos una Suiza Salvadoreña sin un vendedor ambulante ni un vendedor informal.
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martes, 14 de diciembre de 2010

Todos quieren un cambio...

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pero no todos están dispuestos a abrazar lo que viene con él.

A lo mejor mi perspectiva se vea un poco nublada porque no resido en San Salvador, y aunque a lo mejor no hubiera votado por él si viviera en la capital, cabe destacar en año y medio de gestión municipal que lleva Norman Quijano que se ha puesto las vivas por tratar de ordenar el centro de San Salvador.


Todo cambio genera reacciones tanto positivas como negativas, estas últimas elevadas en su máxima expresión por los vendedores ambulantes que ven amenazada su fuente de ingresos diarios. Sin embargo, existen otros, como yo, que vemos bien que se esté buscando recuperar el atractivo de la capital con las plazas limpias, ordenadas, evitando que las personas opten por obviar su paso por ahí debido al bullicio, la dificultad de circulación y la delincuencia (aunque esta última por todos lados nos acosa).


A la larga, todo es cuestión de doble moral. Todos sueñan con que el centro de San Salvador sea como antes y exigen se tomen acciones concretas, mas las ignoran en el momento que más les conviene. Hay quienes están de acuerdo con el reordenamiento y reubicación de los vendedores, pero se hacen del ojo pacho cuando le están comprando a la niña Tanchito solo porque les queda en el camino. Seguramente muchos se escandalizaron con la “invasión” de los vendedores en las afueras de Metrocentro, pero más de alguno aprovechó para hacer sus compras mientras iba pasando.


Hace falta, a mi parecer, crear una cultura del orden, en donde sea ama o amo de casa, o empleada doméstica, se acostumbren a comprar en un solo lugar; y si le compra a una misma señora todo el tiempo (fidelidad difícil de alcanzar en estos tiempos en el que todo está cada vez más caro) pídale el nombre y búsquela media vez esté ubicada en el nuevo lugar. Tomemos la iniciativa y prediquemos con el ejemplo en lugar de quedarnos sentados y de brazos cruzados observando cómo se va desgastando cada vez más la situación.

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lunes, 13 de diciembre de 2010

Norman viene pronto. (Con fuego consumidor.)

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Cuando el Alcalde de San Salvador decidió tomar cartas en el asunto del ordenamiento del centro de la capital, honestamente lo primero que me vino a la mente fue POPULISMO. Claro, en ese momento aún no sabía que era uno, nada más de todos los temas que iba a dar para hablar, nuestro héroe Norman, luego de recuperar su Nylon que le brinda poderes suficientes para todo lo que quiere hacer en la capital.

En el furor de su campaña electoral, el ahora Alcalde no paró de mencionar algunos de sus programas o lineamientos estratégicos en caso de gobernar la capital, mismos que enarboló como puntos de honor de su gestión. El Sistema del Metrobús, la creación de Bovedas en las quebradas del Gran San Salvador (Debe haber un pequeño San Salvador, pero no sé donde es.), Rescatar las zonas descuidadas y subutilizadas de San Salvador, etc.
Pues bien, un año y medio después de asumir el cargo para el que fue elegido, debo decir que es significativo al menos notar que el rescate del centro es lo único que se está haciendo. Y es que cuando mencionó todo el plan de trabajo, también aclaró que tenía todo el apoyo de empresarios y organismos internacionales, para financiar todos sus programas.
Hoy, cientos de empleados han protestado por haber sido removidos de sus plazas injustificadamente, situación comprobada por documentación, y negada por el Alcalde, al mencionar como despidos únicamente aquellos cargos de confianza. Quizás sea un cargo de confianza, ser ordenanza de la Alcaldía. Ya no sé.
En sus palabras:
"Usted ha mencionado mucho que “hay que sacar a San Salvador del caos y la anarquía”...
Norman Quijano: ... Y lo voy a hacer.
¿Qué garantías hay de que realmente pueda lograrlo? El problema de las ventas y el transporte en el centro, por ejemplo, no son nuevos y no parecen muy cerca de resolverse de una manera tranquila. ¿Qué de diferente tiene su estrategia?
Norman Quijano: Resolver ese problema es algo que ha ofrecido el FMLN desde que entró a la alcaldía en el 97, pero es un partido lleno de incapaces. ARENA reconstruyó todos los mercados de la ciudad, mercados que se quemaron incluso. La diferencia estriba en primer lugar en que yo soy amigo de los empresarios y de todos los sectores, yo estoy revestido de la energía y el liderazgo suficiente para poder impulsar verdaderas obras de desarrollo de la ciudad. Pero el capitalino tiene que entender que no podemos seguir en manos de personas incapaces, ahí está hablando la alcaldesa de que va a hacer más módulos, yo en realidad les llamo jaulas, jaulas le construye en la calle..."

Como lo lee.
Ahora usted sólo salga a las calles de San Salvador a recorrer el centro y grite que Norman viene pronto, y los vendedores se asustan, tratan de recoger sus mercaderías y sacar piedras y palos para defenderse de qe les quiten el único medio de subsistencia que tienen.
El problema es muy complejo sr. Alcalde, no se soluciona con quitar a la gente de las calles y pintar para que se vea bonito. La realidad requiere ajustes de estructura. Recuerde lo que decían en el 68, "No ponga remiendos, la estructura está podrida."

Es mucho más difícil dar soluciones que únicamente quejarse, pero el hecho de las ventas requiere un estudio completo de sostenibilidad y opciones comerciales, que si tanto apoyo se tiene de la iniciativa privada, etc, etc, se podría hacer, consensuado, negociado y todos los sinónimos que se le ocurran.
Sr. Alcalde, recuerde que el diálogo permite entenderse, las balas de goma no.
Sin embargo, como siempre es únicamente mi opinión.
Incompleta, pero mi opinión.

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